NoticiasPortada

Qué debemos hacer para que nuestro auto frene mejor.

Cuando llega el momento de reemplazar las pastillas de freno, debemos tener en cuenta algunas consideraciones.

Sabido es que la seguridad debe ser una prioridad irrenunciable en la vida de nuestro medio de transporte: nuestro auto. Y recalco este concepto y lo mencionaré siempre, porque está ligado directamente con nuestra seguridad personal y familiar. Entonces, la detención del vehículo pasa a ser un acto necesario y fundamental en la conducción. Pero no es sólo el concepto de detener el auto, sino “cómo lo logro”. Una vez que entendemos que no sólo consiste en frenar sino en cómo lo hace, voy a desarrollar unos aspectos que pasan por unos conocimientos generales. Por supuesto que en este tema, el frenado, entran en juego un montón de elementos constitutivos de los trenes delantero y posterior. Y dicho sea de paso, todos son muy importantes y es necesario que su condición de estado sea óptimo. Sólo para enumerarlos menciono: el envejecimiento del líquido de freno, la presión de los neumáticos y su nivel de dibujo, la alineación, estado de los amortiguadores y espirales, bujes y movimientos del tren delantero y trasero, entre otros. Como verán son muchos los factores que intervienen en el comportamiento efectivo del frenado. Pero en esta oportunidad, sólo me voy a referir a la tarea de las pastillas de freno. Y aunque parezca innecesario, voy a hacer un comentario que es muy común entre nosotros: consultar a personas no idóneas para que nos recomiende que tipo de pastillas poner. Sugiero no improvisar ni dejarnos llevar por los consejos de nuestros conocidos. Sólo debemos recurrir a especialistas. Como sabemos, estos consumibles tienen una vida útil finita, y para darnos cuenta tenemos sistemas que nos alertan para reemplazarlas o al frenar comienzan a generar ruidos que nos avisan de un desgaste. Esto nos indica que debemos recurrir a un servicio de la marca, o a un especialista. En el primer caso, el reemplazo son por otras originales, y en el segundo, el abanico de opciones se agranda. Y es aquí donde considero que es bueno ahondar un poco con algunos conocimientos, ya que de la decisión del tipo de compuesto de pastilla que se elija colocar, vamos a lograr diferentes comportamientos en la efectividad de la frenada. Qué quiero manifestar con esto: que no todos los compuestos generan el mismo resultado. Y para entender mejor este aspecto, quiero comentarles que en el mercado se pueden encontrar diferentes compuestos de pastillas de freno. De esta manera podemos acceder a tres tipos diferentes: orgánicas, semi-metálicas y cerámicas.

Las orgánicas tienen una composición integrada por material de fricción proveniente de fibras derivadas de plantas, de resinas que soportan altas temperaturas y otras materias primas; pero contienen entre un 15 hasta un 30 % de metal, pudiéndose encontrar proporciones de kevlar, goma, carbón y hasta vidrio.

Las semi-metálicas tienen entre 30 y 65% de metal en peso. Se utilizan diferentes tipos de metal, como el cobre, el hierro y hasta el acero. El resto del conglomerado de fricción está compuesta por modificadores, rellenos y sustancias necesarias para obtener un buen rendimiento y poder mantener la confiabilidad en el frenado.

Y las cerámicas están compuestas con un material cerámico denso mezclado con fibras de cobre o algún otro metal; dicha mezcla es sometida a altas temperaturas de hornos. Esta amalgama otorga un alto rendimiento y son muy silenciosas. Tienen vida útil bastante larga, pero tienen la pega que son las más caras.

 

Estos tres tipos de pastillas son utilizados con discos de freno de hierro fundido, a diferencia de los usados en los súper-deportivos que pueden llevar discos de material compuesto con pastillas de cerámica y carbono. Cabe destacar que cada tipo tiene sus pros y contras. Las orgánicas tienen buena fricción y son económicas; pero ante la constante exigencia y con peso, se desgastan mucho, percibiendo un pedal más blando. Al desgastarse, generan mucho polvillo, pese a que son muy silenciosas. Las semi-metálicas soportan mayor exigencia y carga pesada sin atenuar su rendimiento. Generan menos polvillo en el uso constante. Es una buena opción para los que desean un buen rendimiento de frenado en las calles. Pero generan un mayor desgaste en los discos por el “mordiente” que percibimos y generan un poco de ruido. Las cerámicas se ubicarían en un posicionamiento medio con respecto a las anteriores. Son más caras pero disponen de una mayor durabilidad y estabilidad de la temperatura en su uso constante, pese a que tienen un menor rendimiento de frenado que las semi-metálicas. Como corolario, podemos inferir que los conductores regulares deberían inclinarse por las orgánicas o las cerámicas como una opción superadora.

Mientras que los conductores más exigentes deberían optar entre pastillas de freno semimetálicas o cerámicas, según sus necesidades y deseos. Y como no puede ser de otra manera, lo aconsejable es que nosotros definamos el estilo de manejo que ejercemos y la necesidad a la cual someto mi auto. Con este dato que es fundamental, recién me conviene decidir cuál es el reemplazo más adecuado para lograr un manejo satisfactorio, siempre consultando a tu especialista de confianza.

Mostrar más

Alberto Mario Kuchen

Apasionado por los autos. Familiarmente vinculado a este maravilloso mundo y al de las carreras de autos: mi padre que corrió en la década de los años 60 con el seudónimo de Sandokán. Como Ingeniero Mecánico Aeronáutico, la tecnología en pos de la seguridad y la mejora continua, siempre llamó mi atención. Mi compromiso con ustedes para compartir e investigar en todo lo que viene.

Artículos relacionados

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *