Nuevos híbridos enchufables de la familia Volvo en Perú.

Desde hace un tiempo a la fecha, los autos de la marca sueca han realizado un cambio muy contundente en cuanto a confiabilidad, durabilidad y aceptación general de ese público consumidor que valora a los productos que se dignan llamar y son “Premium”. Y toda esta evolución ha sido percibida por aquellos que entendieron esos cambios implementados en la génesis de sus entrañas. Porque más allá del concepto generalizado que hay en el público conocedor del mercado automotor cuando se refiere a la “seguridad de los ocupantes”, nadie desconoce que es la marca referente en ese importantísimo rubro y que lo viene haciendo desde hace décadas. Y frente a los acontecimientos actuales, donde la carrera hacia lo electrificado es una dura contienda entre pares para adelantarse en el desarrollo y ganar una porción de ese mercado, Volvo decide comenzar a traer sus logros conquistados en el viejo continente para comenzar a seducir al mercado regional. Entonces ahora le toca el turno a la tecnología que realiza sus aportes para lograr una vida más “limpia” entre nosotros. Por otro lado, desde hace un par de años la marca viene anticipándonos que a partir de este 2.020 comenzaría con la estrategia de ir incorporando versiones que contarían con tecnología de electrificación, y si bién a la fecha sólo había traído al Volvo S90 T8 durante el 2.019, ahora le toca el turno a la XC-60 y a la XC-90. Para ponernos en situación, Volvo caracteriza a sus vehículos con la denominación T8 cuando a la motorización de combustión interna se le incorpora la hibridación enchufable (“Plug-in); es decir, se complementa la función motriz del motor alternativo de gasolina (como es en esta oportunidad) con un motor eléctrico que es accionado por una batería de iones de litio que puede ser recargada con energía externa, como así también con la regeneración de energía mediante la desaceleración y/o frenado del vehículo.

Esto concluye que mediante una gestión electrónica de sincronización de ambos motores, la evolución de la conducción puede coordinar entre la conducción individual de cada uno de ellos, como así también la función conjunta: eso va a depender de la exigencia conductiva a la cual someta el conductor al vehículo y de acuerdo a los modos de conducción preseleccionados. Siendo un poco más específico con detalles técnicos, para ambos SUV´s adopta la misma motorización de combustión interna: el bloque de cuatro cilindros con 2.0 litros de cilindrada, alimentada con gasolina, con tecnología de turbo compresor y sobre-cargador, que entregan una potencia de 320 CV y unos 400 Nm de torque. A esta entrega se le adosa un motor eléctrico que aporta 87 CV y otros 240 Nm. Como resultado final tenemos un potencial fantástico de 407 CV y 640 Nm de torque: en pocas palabras, se puede decir que ambos SUV´s disponen de una potencia fantástica. Con respecto a la batería, ésta cuenta con una capacidad de 11.6 Kwh, y dependiendo del tipo de carga externa a la que se la someta, ya sea domiciliaria como de un cargador externo con mayor potencia, se puede lograr una carga superior al 80% en menos de 3,5 horas. Otra característica que aporta este tipo de motorización, es que dependiendo del modo de conducción seleccionado, se puede realizar un manejo puramente eléctrico, cosa muy importante para el uso citadino, permitiendo recorrer unos 45 kilómetros en esa condición; en estos casos siempre debemos realizar una pequeña acotación: el rendimiento definitivo expresado en kilómetros, va a depender pura y exclusivamente de nuestro uso racional de presión sobre el acelerador. Otro dato de color es el de los consumos promedio obtenidos cuando se efectúa una propulsión combinada o híbrida: los datos oficiales destacan un valor de 2.5 y 2.3 litros de combustible fósil cada 100 kilómetros para la XC-60 y la XC-90 respectivamente. Estos registros significan que se podría hacer entre 43.5 y 40 kilómetros con un litro de gasolina.

Estos números asombran, pero contemplemos la posibilidad de esperar al resultado de manejo práctico llevado a cabo por cada uno de nosotros. Como opción en el estilo de manejo, se cuenta con una función denominada “Battery Hold” que mantiene bloqueado el uso de la batería con el objetivo de preservar la capacidad de la misma para ser utilizada convenientemente en otra situación o uso posterior. También cuenta con la función de “Battery Charge”, la que habilita a cargar la batería hasta un tercio (1/3) de su capacidad mediante el aporte de carga llevado a cabo por el motor de combustión interna. En líneas generales se puede concluir que el aporte tecnológico es muy bueno, quedando a expensas de la posibilidad o deseo de un potencial adquirente en abordar este desafío del camino hacia una tecnología más limpia. Todo esto sin descuidar la tecnología con la que cuentan los modelos actuales que se comercializan, destacando el amplio abanico de sistemas tanto de seguridad como de ayuda a la conducción, que se dotan a las distintas versiones de cada modelo.

Volvo asegura que en breve se va a poder contar con otras alternativas híbridas, y posiblemente para el 2.021 se pueda contar con algún modelo totalmente eléctrico. Este camino se comenzó a andar y sólo queda subirse al colectivo tecnológico. Pero lo que sí es cierto, que esta realidad que llama a nuestras puertas, está cada vez más cerca de poder accederse, contemplando el presupuesto necesario del que se debe disponer para adquirir estos hermosos y tecnológicos vehículos.