Hace pocos días la marca del rombo nos invitó a la presentación del totalmente nuevo Renault KWID. Y es tan así, ya que no es evolución de ningún antecesor. La propuesta de Renault es ofrecer un vehículo compacto, con 3,68 metros de largo, 1,586 metros de ancho, 1,474 metros de alto, 2,423 metros de distancia entre ejes, y con la particularidad de gozar de unos preciados 18 centímetros de despeje al suelo que le permite poder sortear las imperfecciones e irregularidades propias de nuestras pistas citadinas y rutas. La configuración general del auto lo posiciona en un mercado altamente competitivo, luciendo además cualidades de versatilidad para todo tipo de tareas diarias. Si bien las medidas son propias de vehículos con pequeña capacidad de carga en su cajuela, ésta es buena ya que llega a los 290 litros, incrementándose considerablemente al rebatir el respaldar de la silla trasera. Esto es posible debido a que la habitabilidad en general del habitáculo es buena. Podríamos decir, que es una de las de mayor capacidad entre sus pares.
Si nos referimos al diseño exterior, podemos definirlo como un compacto B-SUV que logra amalgamar muchas líneas suaves en su contorno, con algunas pocas de carácter tenso, haciendo hincapié en su abultado tamaño de pasarruedas, que le confieren un carácter bién moderno y con la capacidad de aprovechar su despeje al suelo para incursionar en terrenos no tan cómodos. Los ingenieros adoptaron unos prácticos neumáticos de 14 pulgadas de diámetro, que le asientan bién estéticamente. La imagen general es de un inconfundible Renault, sobretodo su trompa. Su estilo es joven y atractivo, y con la utilización de artilugios estéticos le permite llamar la atención.
En su interior encontramos materiales acordes con los de su segmento: está bién terminado y ofrece suficiente capacidad para los 5 pasajeros que puede trasladar y para lo que está homologado. Por supuesto que los 3 de atrás no deben ser tan grandes. Con relación a la seguridad, está provisto de una batería de elementos activos y pasivos que lo destacan de sus competidores, ya que viene con 4 bolsas de aire, sistema ABS y repartidor electrónico de frenado, sistema isofix de anclaje de sillitas, entre otros. En cuanto a lo tecnológico, la versión más equipada, denominada “Outsider”, tiene una pantalla táctil de 7 pulgadas con repetidor de pantalla de Smartphone compatible con Android Auto y Apple CarPlay, y que a su vez cuenta con las funciones Eco-Coaching y Eco-Scoring que le permiten al conductor poder adaptar su estilo de manejo y mejorar el consumo de combustible.
Como siempre hago la aclaración, hay equipamiento de serie que varía de acuerdo con las tres versiones que se pueden comprar: Life, Zen y Outsider, que es la más completa y aventurera de todas. Pero en el aspecto mecánico, todas vienen dotadas de la misma planta motríz que consiste en un tricilíndrico de gasolina de 999 centímetros cúbicos, de 12 válvulas, con inyección indirecta que entrega una potencia de 63 HP a 5.500 rpm, y un torque de 93 Nm a 4.250 rpm. La tracción es delantera y todas las versiones vienen con una caja manual de 5 marchas. Si analizamos el combo general, al tener un peso en orden de marcha que va entre los 760 y los 785 kilogramos, sin dudas el rendimiento general es satisfactorio.
Para cerrar esta charla, me queda por mencionar que con buen criterio la marca del rombo busca hacer mella en el mercado tratando de conquistar a un público joven, considerando la posibilidad de tener su primer auto, como así también lograr tener una segunda unidad en la familia para un mejor desenvolvimiento en el alocado tráfico diario, permitiendo circular con mayor facilidad de maniobra, pudiendo consumir menor cantidad de gasolina que siempre nos preocupa, y disponer de un vehículo que es muy fácil de estacionar. Creo que Renault logró hacer un producto totalmente moderno y competitivo.
