Hubo muchos renders que se iban filtrando en el tiempo, con la incertidumbre y dudas que ello genera dado que cada fábrica intenta ocultar con mucho recelo su nuevo modelo a presentar, todo esto sin olvidar que las estrategias son diferentes para “camuflar” u ocultar hasta último momento las líneas definitivas y detalles de importancia; de más está decir que con todo este combo de puntos a considerar, las dudas se incrementan y las expectativas van creciendo.
Por otro lado, cuando el vehículo en cuestión representa a un modelo de su portfolio que durante muchos años integra el podio de los más vendidos a nivel global, la prensa y el público en general pasa a estar muy interesado para desvelar el reemplazo tan esperado. El resultado con el que nos encontramos al final del camino, es un C-SUV diferente al modelo actual, en casi todos los aspectos estéticos a los que nos podemos referir. Sus líneas son modernas y adoptan líneas angulosas que le confieren un aspecto más agresivo que la 5ª generación, pero a su vez incorpora detalles que toma de varios modelos de la familia Toyota; lo que no se puede dejar pasar como comentario aislado, es que el diseño presenta una personalidad bien definida como producto. Respecto a la motricidad, Toyota tomó una decisión a nivel global que seguramente va a impactar en algunos mercados donde la propulsión es puramente desarrollada por el motor de combustión interna: la novedad es que, a partir de ahora, al menos en esta nueva RAV-4, las opciones van a ser del tipo electrificada. Solamente va a ofrecer versiones híbridas (HEV) e híbridas enchufables (PHEV), y en ambos casos, se podrá disponer de tracción al eje delantero (FWD) o a las 4 ruedas (AWD). Otro tema que Toyota debía considerar como muy importante para aplicar en esta nueva generación, es la incorporación de última generación de los tópicos que tienen que ver con la tecnología e infoentretenimiento en general.
Respecto a este tema, siempre fue un aspecto de relevancia donde Toyota quedaba en “desventaja” con muchos de sus rivales; pero en esta oportunidad, tomó este desafío muy en serio y actuó en consecuencia. Respecto a opciones del modelo, la definición involucra 3 estéticas diferenciadas en su frontal, que es donde más se destaca la diferenciación: está la CORE, la versión GR-Sport y por último la que más se identifica con el estilo off-road: la Woodland. Si bien las 3 opciones tienen la misma estructura general, la puesta a punto de las suspensiones y diversidad de neumáticos está ajustada con la intención de obtener el mejor rendimiento dinámico dependiendo de la versión. La GR, en particular, viene con una trocha aumentada en 20 milímetros, y que, sumado a una suspensión un poco más rígida, otorga un desempeño un poco más “deportivo” y firme. En todos los casos, los neumáticos empleados varían en sus características, pudiendo encontrarse con rodados que van desde las 18 hasta las 20 pulgadas. En cuanto a las cotas, aún no fueron reveladas, pero todo indicaría que conserva la longitud total de 4.6 metros y un ancho de 1.86 metros.
En cuanto al diseño exterior, los comentarios imponen definiciones que van desde una evolución estética hasta casi un modelo totalmente nuevo y hasta revolucionario. Interpreto que se trata de una completa evolución estética, intentando modernizar por completo un producto ícono del portfolio japonés. Sin dudas su parte frontal es la que más destaca en lo referido a “cambios”: según la versión, una de las parrillas puede asemejarse a la actual empleada en la Corolla Cross, mientras que la GR-Sport destaca por su entramado y brillo negro en su acabado, con un diseño específico. Otro detalle que resalta la nueva personalidad es el nuevo diseño de las ópticas con desarrollo full Led, destacando una forma en “C” inspirada en los últimos modelos que fueron recientemente presentados por la marca, como lo son el CAMRY y el Prius entre otros. El diseño de las líneas encontradas en el capot resalta su carácter.
Su lateral fue fortalecido en líneas de tensión, pero sobretodo desde la puerta trasera hacia atrás incorpora un volumen en los guardabarros que robustece el aspecto en general. La superficie vidriada ofrece un área de mayor visión, donde la parte inferior permanece prácticamente paralela a la línea del piso, y solo en la ventanilla lateral del tercer parante se aprecia un quiebre y se eleva levemente a medida que se acerca a la zaga.
Por otro lado, el tamaño (área) del tercer parante es mayor, y la inclinación de la línea del portón desde la línea del techo hacia abajo, es más vertical, incrementando el volumen interior de la zona de carga. El deflector superior varía de acuerdo con la versión: la CORE es más convencional, mientras que el de la GR-Sport es más elaborado y prominente, confiriéndole al conjunto un aspecto más deportivo. Pero en todos los casos, la terminación de la zaga es más cuadrada (vista lateralmente), con un aire de camioneta SUV más todo terreno. Por último, su parte posterior totalmente rediseñada, ofrece un portón con definición más vertical, y con una muy buena área de apertura que favorece la carga. Las ópticas traseras son totalmente nuevas, con diseño moderno y con tecnología full Led: recorren todo el ancho y abordan parte de los guardabarros traseros.
Otro aspecto fundamental que ofrece este nuevo modelo es el rediseño total de su habitáculo, donde vamos a encontrar materiales de buena calidad y terminación, en un ambiente que se aleja de la tendencia actual en cuanto a la presentación y distribución de pantallas, y en el diseño del tablero y consola central en general. Mi apreciación es que se vuelca más a las líneas y distribución que encontramos en las nuevas 4-Runner y Land Cruiser, donde encontramos superficies bién definidas y muchas líneas rectas. La distribución de teclas de activación de las diferentes funciones, están al alcance de la mano del conductor, con diseño ergonómico y estilo funcional a la vez. Ahora le toca el turno al sistema de presentación de datos de la conducción e infoentretenimiento. El conductor dispone de una nueva pantalla digital rectangular a color de 12.3 pulgadas y un nuevo volante de dirección totalmente redondo y con todos los comandos físicos al alcance de la mano. Las versiones topes de gama contarán con Head up Display.
La pantalla central es táctil de 12.9 pulgadas con un nuevo software que es mucho más intuitivo y personalizable. Esta nueva plataforma que Toyota denomina ARENE, facilita mediante un avanzado asistente de voz, controlar la navegación del vehículo, la climatización, dar órdenes al sistema de multimedia y a diferentes funciones. El paquete Toyota T-Mate administra al sistema de asistencias y ayudas al conductor mediante el nuevo paquete del Toyota Safety Sense 4.0, con funciones mejoradas y otras nuevas: suma el tráfico cruzado frontal, el mantenimiento de carril mejorado, sistema de pre-colisión y punto ciego optimizados, y el estacionamiento remoto controlado desde el smartphone mediante la app oficial de la marca. Es compatible con Android auto y Apple CarPlay de forma inalámbrica y permite actualizaciones del sistema en forma remota mediante OTA. Si bien la pantalla central comanda muchas funciones en forma digital, no pierde el comando del volumen y de varios comandos físicos que se refieren a los modos de conducción y control de la climatización. La consola central fue totalmente reformada, y se la ve práctica. Reemplaza la palanca de cambios convencional por una pequeña tecla vertical pivotante en su base. El apoyabrazos incorpora la doble apertura lateral, conteniendo una gran capacidad de almacenaje. En general se percibe un salto notable en la calidad y percepción de terminación. Respecto a las plazas traseras, presenta un mayor espacio para las piernas y hasta incluso unos centímetros más para la cabeza, gracias al diseño de la línea superior del techo. Esta configuración general refuerza el concepto de comodidad de pasajeros y del carácter familiar del vehículo. Y si bien no contamos con la cifra oficial, el espacio de la caja de carga es mayor respecto a la del modelo actual, mejorando la modularidad y practicidad.
En cuanto a la parte motriz, Toyota utiliza en todos los casos, el conocido motor de 4 cilindros de 2.5 litros de ciclo Atkinson, hermanado con la 5ª generación de hibridación ya desarrollada por la marca, optimizando la eficiencia de la batería, aplicando mejoras en la transmisión e-CVT y actualizando el rendimiento de la unidad de control de potencia, obteniendo resultados que se traducen en incrementos de potencia en todos los casos y mejores registros de consumo de combustible. Las 2 versiones híbridas convencionales (HEV) disponen de 226 CV la versión FWD y 236 CV la AWD, mientras que las 2 híbridas enchufables (PHEV) generan 286 CV la FWD y 320 CV la AWD. Respecto a estas últimas, Toyota aumenta la capacidad de la batería de iones de litio hasta los 22.68 Kwh, lo que se traduce en un incremento de la autonomía eléctrica de hasta unos 80 kilómetros (de acuerdo con el ciclo WLTP). Mejora los tiempos de recarga de esta, al elevar hasta los 50 Kw de potencia con corriente continua, necesitando unos 30 minutos para pasar del 10 al 80%, o hasta los 11 Kw en alterna, necesitando unas 3 horas para completar la faena. Otro dato totalmente relevante, es la performance de aceleración de 0 a 100 km/h, ya que la marca asevera un registro de 5.8 segundos: impresionante. Su comercialización en EEUU y Europa está prevista para fines de este año o comienzo del 2026, y posteriormente aparecerá en el portfolio del resto de los mercados donde actualmente se vende.
A modo de cierre, quiero manifestar que más allá de los gustos personales en lo referente a lo estético, la marca japonesa incorpora en este segmento de mercado totalmente competitivo, un producto nuevo, moderno, tecnológico y con el desafío propio de afianzar el rumbo hacia la electro motricidad, objetivo que está fortalecido desde hace décadas por la vasta experiencia en sus propios desarrollos, pero con el fuerte mensaje a un público que aún sigue aferrado a la propulsión exclusiva con motores alternativos.
