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El Aston Martin Valhalla es un gran monstruo de temer.
Más que vivo y con una orientación pragmática, renace el Valhalla con una figura espectacular y con un corazón sensacional: en lugar de portar un motor V6 de desarrollo propio, Aston Martin decidió adoptar un poderoso V8 manufacturado por AMG.
Esta preciosa criatura de estilizada figura, renace con una visión muy particular: adopta la hibridación para complementar al poderoso motor V8 que el departamento de desarrollo deportivo de Mercedes ofrece a marcas selectas para equipar vehículos muy particulares. Como venimos asombrándonos desde hace un tiempo, el particular y exquisito círculo de autos que están en lo top de prestaciones dinámicas y con diseños espectaculares, van orientando tímidamente sus nuevos productos hacia la electrificación. Para interpretar este acontecimiento, y mal que nos pese, es necesario aceptar que las restricciones y obligaciones gubernamentales que se están implementando en el viejo continente, están torciendo de a poco el brazo de lo que pensábamos sería una utopía. Pero en realidad, la mayoría de las marcas que están “identificadas” en el círculo de referencia, han tomado la decisión de orientar sus esfuerzos en esa dirección. Este nuevo Aston Martin Valhalla no queda ajeno a este comentario, asi que paso a comentarles ciertos datos que van a asombrarnos.
En un primer momento, allá por el 2.019, Aston Martin mostró algunas imágenes del que hoy ya cuenta con las líneas definitivas. Pero en esa oportunidad adelantó que iba a contar con un motor V6 desarrollado por la empresa, cosa que al día de hoy la situación es totalmente diferente. Al decidir optar por la mecánica desarrollada por Mercedes-AMG, necesariamente debemos ponernos en situación de qué monstruito estamos hablando. Se trata de un V8 de 4.0 litros asistido por dos turbos alimentadores, que entrega una tremenda potencia de 750 CV a 7.200 vueltas. Su posición central-trasera, es decir, que va alojado por delante del eje trasero, está acoplado a una caja de cambios automática de doble embrague de 8 marchas, con la particularidad que no dispone de la marcha atrás. Y entonces se preguntarán como ejecuta la maniobra ante una situación de retroceso, y acá está el condimento de esta configuración motriz: al ser un vehículo híbrido, el motor alternativo está complementado con dos motores eléctricos, ubicado uno en cada eje, y precisamente con uno de ellos realiza esta maniobra. Cada motor eléctrico dispone de una potencia de 150 Kw (unos 204 CV), que en conjunto con el motor alternativo en su máxima expresión le dan al conductor nada menos que 950 CV. Su sistema de transmisión trasera cuenta con un diferencial autoblocante controlado electrónicamente, que la marca lo llama E-Diff. En cuanto a la alimentación de los motores eléctricos, el Valhalla dispone de una batería de 400 Voltios con una capacidad eléctrica que en el mejor de los casos puede entregar una autonomía de 15 kilómetros según medición realizada por ciclo WLTP.
En líneas generales, el funcionamiento del sistema de propulsión, está configurado de tal manera que la acción del motor alternativo es únicamente sobre el eje trasero, mientras que el motor eléctrico trasero asiste a éste o lo hace en forma independiente; mientras que si solicitamos la conducción eléctrica, el ubicado en el eje delantero lo puede hacer en forma independiente alimentado por la batería eléctrica, pudiendo alcanzar hasta una velocidad máxima de 130 km/h. Este hecho, curiosamente convierte circunstancialmente al Valhalla como el segundo Aston Martin de la historia con capacidad de tracción delantera. Pero dependiendo del modo de conducción que se escoja, la distribución de energía eléctrica conjuntamente con la del motor alternativa, serán activados distribuyendo diferentes porcentajes de asistencia a cada eje en función de la necesidad de adherencia al piso. En cuanto a la ubicación exclusiva de las dos salidas de escape del poderoso V8, se encuentran en la parte superior de su línea descendente del techo, a la altura del motor, brindando no solo una vista muy particular con su ubicación y presentación, sino que a la vez permite estar más cerca de la posición del habitáculo y posibilita deleitar sus rugidos con mayor cercanía y claridad. En cuanto a sus registros de performance, sus 950 CV le permiten desarrollar una velocidad máxima de 330 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en tan solo 2.5 segundos. Impactante.
Estructuralmente está construido con un chasis monocasco de fibra de carbono, aligerando considerablemente el peso total, alcanzando apenas unos 1.550 kilogramos pese a su condición de híbrido. La suspensión está inspirada en recetas aplicadas en autos de F-1: si bien en el eje trasero se implementó una configuración del tipo multilink, en el eje delantero se aplicó el sistema denominado Push-rod, que cuenta con resortes especiales y amortiguadores hidráulicos adaptativos “Multimatic”. Su silueta es muy refinada y estilizada, con mucho tratamiento aerodinámico, recurriendo a muchas soluciones tanto pasivas como activas, que permiten preparar el vehículo para hacer frente ante el incremento de la velocidad y la necesidad de “pegarlo” al piso: para ello recurre al incremento de la carga aerodinámica, tanto en su frente como en su parte posterior. La solución pasa sencillamente por la variación angular del perfil del labio inferior delantero, como del alerón trasero. Absolutamente todos los detalles de su acabado inciden en una elaborada aerodinámica que aportan directamente en la circulación del flujo de aire con la menor afectación de su paso. Muy plano en su piso, y el remate del difusor trasero, acompaña el desprendimiento del flujo de aire.
En líneas generales es una verdadera obra de arte, no sólo en cuanto a la definición de sus áreas, sino por el buen gusto para armonizar sus líneas estéticas. Su soberbio lateral, luce muchas canalizaciones y soluciones que aportan una eficiente circulación del aire; como no podía ser de otra manera, calza unas llantas espectaculares de 20 y 21 pulgadas con tuerca única de fijación central, adelante y atrás respectivamente, con un delicado diseño que permite lucir los discos carbocerámicos con cálipers amarillos, cuyos émbolos que friccionan los discos no lo hacen por accionamiento hidráulico, sino por medio de un sistema eléctrico (“by wire”). Probablemente resulte un poco mezquino cualquier comentario acerca de cuan bello y deportivo le asienta la nueva imagen a este Valhalla. También debemos reconocer que el estilo de diseño brindado por Aston Martin que siempre ha desarrollado para cada uno de sus modelos, es el resultado de un refinado y equilibrado trazado de líneas para alcanzar una imagen singular.