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El concepto de economía circular que permite extender la vida útil de los vehículos eléctricos.
Este simple comentario que parece algo obvio, puede interpretarse como algo que ocurre de forma natural; sin embargo, este concepto es mucho más abarcativo de lo que a simple vista podemos interpretar.
Bien es sabido que las marcas están haciendo vehículos modernos con mucha tecnología y con la intención de extender lo máximo posible su vida útil. Pero dicho con una mirada más amplia, debemos aceptar de la misma manera, que la carrera en la que está sumergida la industria automotriz, con la problemática logística y la actual inflación de su valor final de adquisición por muchos motivos surgidos con posterioridad a la última pandemia, pese a que desde hace varios meses dejó de ser un evento temporal y circunstancial, la inflación se consolidó como un hecho concreto y perdurable; ojalá en el tiempo se pueden morigerar estos efectosque son muy perjudiciales para todos. Si a este marco le agregamos el condimento del desarrollo en tecnologías volcadas en particular a vehículos electrificados, y considerando que estamos en plena transición de implementación de varias tecnologías a la vez, es esperable que las marcas estén preocupadas para ofrecer en el mercado, opciones válidas para aquellos potenciales propietarios que están cada vez más lejos de poder adquirir un vehículo nuevo, sin dejar de considerar que en especial, los precios de los vehículos eléctricos se distancian cada vez más. Ante esta situación, las variables que entran en juego son muchas, pero llega la hora de la verdad, y el interesado en adquirir un vehículo nuevo podría no llegar a juntar lo necesario.
También es cierto que hay varias opciones de compra, tales los casos de intercambio con diferencia, crédito bancario, leasing y la novedosa forma de “renting”. Aquí la empresa ofrece la posibilidad de “contratar” por un tiempo limitado un vehículo con un monto de dinero mensual donde se cubren todos los gastos necesarios para mantenerlo utilizable en la calle y donde se va absorbiendo la amortización del capital del vehículo por el paso del tiempo. Si bien esta modalidad hace un tiempo que se viene aplicando en varios mercados, en especial en los desarrollados, es precisamente en esta última alternativa, donde algunas marcas están apuntando a una alternativa real de extensión de la vida útil de los vehículos más críticos de esta época: los eléctricos. Creo que ustedes se preguntarán en la forma o la manera en que lo pueden implementar. Pues para ello, conceptualmente las fábricas están diseñando y construyendo vehículos muy resistentes, con muchas tecnologías electrónicas actualizables y con muy buena calidad de manufactura. Entonces, no es nada descabellado mencionar que el foco de atención estaría centrado en implementar un sistema progresivo de reemplazo de piezas que se desgastan por otras que han sido remanufacturadas y con la debida actualización del software propio del vehículo que gobierna la gestión eléctrica. De esta manera se podría interpretar que pese a tener un vehículo con años encima, con el debido reciclado y reemplazo de piezas necesarias, y con el mantenimiento general apropiado, se mantiene vigente, actual y con la certeza que se colocan elementos que permiten un mejor envejecimiento y extensión de vida útil de calidad. Bajo esta premisa, algunas marcas apuntan a la sustentabilidad de sus productos, ya que como es sabido, la modernidad impuso desde hace mucho tiempo lo que se conoce con el nombre de “obsolescencia programada”. Ahora bien, pensemos en un vehículo eléctrico, donde hoy nos resulta bastante más caro que uno convencional y muy difícil de acceder por sus elevados costos de adquisición. En función de lo que les comenté anteriormente, lo que inicialmente es una traba, al incorporar este concepto de economía circular, se genera un efecto beneficioso: la “intervención” de la fábrica en el mantenimiento escalonado en el tiempo, te garantiza un vehículo eléctrico con una vida útil longeva y con la garantía de incorporar materiales con procesos de calidad, reciclando elementos vitales y muy onerosos como lo son las baterías eléctricas, que terminan siendo elementos recuperados con la menor presencia de carbono en el procesamiento de ellos. En particular les voy a comentar lo que Peugeot está desarrollando respecto a este tema. La integración de la fábrica en la extensión de la vida útil de sus vehículos eléctricos con una longevidad de calidad y actualizada tecnológicamente, apunta a implementar este modelo de mantenimiento programado mediante la utilización de cuatro (4) etapas para poder alcanzar 25 años de vida útil “sana”. Este objetivo busca aumentar en una década la vida promedio que hoy tienen los vehículos convencionales en el viejo continente: unos 15 años promedio. Por lo pronto, cumpliendo rigurosamente esas 4 etapas, Peugeot (Stellantis) asegura longevidad de calidad. En una primera instancia, los desarrollos que salen de la plataforma de Stellantis y sus habilitadores, estarán concebidos para soportar 25 años; la segunda premisa estará a cargo de la capacidad delreacondicionamiento y reciclaje de las piezas que son esenciales en el vehículo, hasta incluso la utilización de piezas recicladas o remanufacturadas; la tercera etapa consiste en la actualización de las piezas con desgaste de acuerdo al Concept Inception, permitiendo de esta manera presentar una imagen de “auto nuevo” cada vez que el vehículo cambie de manos; y por último, la cuarta etapa incluye la actualización inalámbrica periódica de la HMI, la iluminación y los componentes que su uso están asociados con el software que se actualiza bajo demanda. Bajo estas premisas, Peugeot pone a disposición de algunos mercados, una alternativa viable con la posibilidad de ofrecer un vehículo que ya no lo llamaría de “segunda mano”, sino que se trataría de un auto permanentemente “actualizado” que mantiene mejor su valor a lo largo de toda su vida útil, pero con calidad de mantenimiento. Estos comentarios fueron vertidos por el Director de Diseño de Peugeot, el Sr. Matthias Hossann. Por otro lado, la implementación de la estrategia, ya comenzó en algunos mercados, pudiendo encontrarse una línea de piezas que ya fueron remanufacturadas (se las conoce como piezas SUSTAINera), aprovechando componentes usados recuperados en procesos con control de calidad, reacondicionándolos a nuevo con la utilización de repuestos nuevos; de esta manera, se evita la utilización de hasta un 80% de materias primas nuevas y requiere de un 50% menos de energía en el procesamiento.
Claro está que las fábricas buscan disminuir la presencia de carbono en procesos, tanto en la fabricación de vehículos nuevos como en el procesamiento de estos repuestos reacondicionados, con el objetivo de hacer de este planeta un mejor lugar para vivir.