En el uso cotidiano de nuestro vehículo necesitamos de un elemento cuya función es importantísima: aprovechar el uso de la fuerza del motor entregada en el eje del cigüeñal (par motor) en función de la necesidad y la velocidad de desplazamiento. Esto que parece algo rebuscado, en términos técnicos significa que uno dispone de una herramienta que nos permite adecuar un régimen de marcha del auto en función de una necesidad. Esta necesidad está directamente relacionada con el arranque del vehículo detenido, un escalonamiento progresivo de marchas con el aumento de la velocidad, o una disminución de la misma aportando una ayuda en el frenado. Este dispositivo mantiene ligado el motor con la caja de velocidades, permitiendo el giro de las ruedas. Entonces, se puede interpretar que para ir aumentando o disminuyendo el número de marchas necesitamos de este dispositivo para lograrlo. Pero también debemos aceptar que es el vínculo físico entre dos ejes: el del cigüeñal y el eje primario de la caja de cambios.
De esta manera logramos que cuando gira el motor a unas determinadas revoluciones por minuto (RPM), se hacen girar las ruedas en función de la marcha y la desmultiplicación propia del diferencial. Y para variar la marcha, se acciona el pedal del embrague separando el vínculo interno, lo que permite que las ruedas sigan girando libremente y las RPM del motor puedan bajar para poder realizar un cambio de marcha. Esta práctica se realiza diariamente, en especial los que cuentan con un vehículo con caja de cambios manual. Y si bien los que tienen una caja automática no realizan esta operación con el pié izquierdo, el auto tiene un sistema de ejecución de esta tarea, que aplica el mismo principio pero con sistemas sofisticados que le brindan mayor confort al conductor: de ahí que el conductor no tiene un tercer pedal para operar.
Para tener una somera noción de las piezas más importantes que integran el embrague, debemos mencionar al menos tres consideradas fundamentales: el volante motor (unido al cigüeñal), el disco de embrague y la maza o collarín de empuje. El disco de embrague tiene en su núcleo o centro, un estriado donde se inserta el estriado del eje primario de la caja de cambios.
El volante motor es la pieza encargada de transmitir y hacer llegar el giro del motor a las ruedas a través de toda la cinemática de transmisión, después que el disco de embrague se acople al volante por medio del eje principal de la caja de cambios. Este disco está ubicado entre el volante y el collarín de empuje (o maza con resortes).
Y la función del collarín, es la de separar o unir el disco al volante cada vez que el conductor pisa el pedal de embrague (desembraga) o libera el pedal (embraga).
De esta manera, brevemente queda explicado el funcionamiento básico de un embrague. Pero es de imaginar que existen distintos tipos de embrague con los que nos podemos encontrar en el mercado. Y se los puede agrupar de acuerdo con el tipo de mando o de acuerdo con el número de discos. De acuerdo con el tipo de mando pueden ser: mecánicos, hidráulicos, centrífugos o eléctricos. Los más utilizados en la industria automotriz son del tipo mecánico: en general son de fricción y normalmente acoplan un solo disco de embrague y es del tipo “seco” (sin lubricación). Pero también pueden llevar más de un disco siendo utilizados en casos de exigencia extrema: tanto en autos de competición como en los casos de camiones grandes que portan cargas enormes.
También pueden encontrarse del tipo multidiscos secos o lubricados (en baño de aceite), como puede ser el caso de los embragues utilizados en motocicletas.
En esta breve reseña, quise mostrarles el rol que cumple este dispositivo en el uso diario de nuestro auto, y así poder tener una idea más acabada de su funcionamiento. Por último, y a modo de consejo, para aquellos que conducen y tienen la costumbre de ir apoyando levemente el pié izquierdo en el pedal del embrague, deben erradicar esa actitud, ya que con el tiempo se produce un desgaste prematuro del disco, lo que conlleva a un mantenimiento mayor prematuro con sus elevados costos adicionales.