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¿Qué estrategia emplear en la decisión de la compra de un vehículo?

En el momento más esperado por todos nosotros, cambiar el auto que tenemos significa un paso muy significativo.

Demás está decir la mezcla de emociones que se producen cuando entra en discusión familiar el tema de cambiar nuestro auto. No sólo el tiempo que uno necesita para juntar ahorros, sino también el hecho de respetar las prioridades familiares. Todo está enlazado y además discutido, debido a que en algunas oportunidades nuestros intereses personales no van con los familiares. Pero una vez que se llegó a un acuerdo o consenso grupal, empieza la parte más linda e importante. Primero porque tenemos que realizar un análisis bastante objetivo de la situación familiar, y que creo es el punto más difícil, ya que determinar qué tipo de vehículo necesitamos en función de nuestras posibilidades y el uso que le vamos a dar, va a requerir muy buena voluntad y objetividad con el fin de poner los pies en la tierra. Un aspecto no menor, es evaluar si se necesitan uno o dos vehículos para cumplir con las necesidades, ya que a medida que se agranda la familia mayor será la demanda de transporte para cubrir las tareas diarias.

Para ilustrar un esquema de razonamiento lo más objetivo posible y poder aplicarlo en una situación similar, quiero aportar unas ideas que quizás puedan asistirnos en un evento tan importante como lo es éste, ya que se necesita de un esfuerzo mancomunado y debe ser “disfrutado” familiarmente. Como mencioné, tomar la decisión “consensuada” de realizar una inversión de este tipo, puede sumergirnos en una tarea totalmente apasionante. Y digo esto, porque si no dominamos el mundo de los “fierros”, se nos puede complicar un poco el enfoque de la búsqueda. En el supuesto caso que no somos muy duchos, deberíamos considerar una serie de temas que interpreto son la columna vertebral de la toma de decisión. Entre éstos el más importante desde mi punto de vista resulta ser el económico; es decir, cuál es la capacidad financiera del grupo familiar, para poder realizar previamente un ahorro para la entrega y la posterior cancelación del crédito a conseguir. Esta consideración es la más álgida de todas, porque es la que nos hace poner los pies en la tierra, más allá de los deseos y gustos a los que podamos apuntar. Y seguramente la que más compromiso individual exige. Pero también hay que contemplar que el hecho de poner un capital de mayor valor en la calle, nos va a demandar un costo mensual mayor para poder absorber los mayores costos de seguro, impuestos y futuros gastos de mantenimiento. Todo este detalle de gastos, considero que es el escollo más importante a sortear. Pero una vez realizado el análisis pormenorizado y lo más certero posible, nos va a posibilitar tomar una acertada decisión.

Luego hay que definir el tipo de vehículo más conveniente, dentro de las necesidades y gustos. Es un escollo de menor importancia a sortear, pero tiene lo suyo. Definir la “necesidad” implica asumir las obligaciones diarias a cumplimentar, más allá del disfrute. Y una vez fijado el techo presupuestario y definido el tipo de auto necesario, se abren las puertas del “millón de preguntas”: usado o nuevo, marca, nivel de equipamiento y color. Con relación a si es nuevo o usado, la preferencia va a estar dada seguramente con el tipo de vehículo al que decidí apuntar y a la intensidad de utilización; pero también va a depender de mi techo presupuestario que me dará acceso a comprar un “0 km”, o un usado con mucho equipamiento y poco uso. En este caso, vamos a necesitar un mínimo de conocimientos técnicos y experiencia para saber inspeccionar algunos lugares determinados y poder interpretar, ya que se pueden descubrir desde detalles de repintado de paneles, puntos de inicio de corrosión hasta saber apreciar la línea de molduras mirando a trasluz y de frente al panel con mucha luz, y poder hallar una posible reparación. Esto significa, que de ser así, seguramente vamos a poder descubrir un texturado y acabado superficial de la pintura con diferencias a lo que es el de estado original. Un detalle no menor, también ayuda a interpretar si los espacios entre paneles, son parejos y no se acercan en los extremos. Esto se denomina “conservar la línea de montaje”. De no contar con este mínimo de experiencia, es muy acertado que alguien que conozca nos ayude en esta tarea: este asesoramiento previo, nos asegura el óptimo estado general del auto, en el caso de una compra a un particular. Pero si es de concesionario, debemos requerir una certificación por escrito que nos dé una garantía de estado del mismo. Lo mismo ocurre con el estado del motor, sistema de transmisión, suspensión, estado de los neumáticos, y que funcionen todos los sistemas en general. Como pueden darse cuenta, no se trata de ir, ver un auto que nos gusta porque está acorde con nuestro presupuesto y ejecutamos la operación. Todo lo contrario, ya que si nos olvidamos de la situación en la que se encuentra la documentación del mismo, podemos llevarnos una gran sorpresa.

Otro aspecto que deberíamos tener presentes, es que hay una tendencia a volver a comprar un auto de la misma marca que actualmente se posee. Y este comentario apunta a poder conocer otras posibilidades con otras marcas, ya que al no estar muy al tanto de las innovaciones tecnológicas que nos ofrecen ellas, quizás nos estamos privando de poder conocer algo diferente, superador y que nos convenga. En este apartado debo hacer hincapié, y les sugiero, realizar todos los test drive necesarios hasta quedar satisfechos con algún producto, y seguro que lo van a encontrar. Y en el supuesto caso que podamos acceder a un “0 km”, falta definir otras dos cosas interesantes: el nivel de equipamiento y el color. En primera instancia, y afinando un poco el lápiz, debemos ver hasta dónde nos podemos extender un poco más con el nivel de equipamiento, pero sobretodo prestando atención y colocando como prioridad la seguridad ante el confort. Y de esta manera, y en forma sintética, trato de colaborar con algunos consejos y detalles a tener en cuenta para poder tomar la decisión más acertada y despojada de pre-conceptos.

 

 

 

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Alberto Mario Kuchen

Apasionado por los autos. Familiarmente vinculado a este maravilloso mundo y al de las carreras de autos: mi padre que corrió en la década de los años 60 con el seudónimo de Sandokán. Como Ingeniero Mecánico Aeronáutico, la tecnología en pos de la seguridad y la mejora continua, siempre llamó mi atención. Mi compromiso con ustedes para compartir e investigar en todo lo que viene.

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