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Las baterías eléctricas “LFP” pueden ofrecer un menor costo de producción.

Si bien la próxima “gran” conquista de los vehículos totalmente eléctricos sería poder incorporar la batería de estado sólido que se encuentra en pleno desarrollo, hay opciones intermedias que auguran un beneficio muy buscado por los fabricantes: una considerable baja en el costo de fabricación.

En esta transición de intento de implementación de la locomoción vehicular mediante la tecnología electrificada, las empresas buscan distintas alternativas a la tecnología que hoy está vigente, y si bien los progresos se van apreciando respecto a lo desarrollado desde hace algunos años atrás a la fecha, en general todas necesitan imperiosamente fortalecerse en la constante búsqueda de baterías eléctricas que permitan ofrecer un costo de desarrollo y producción masivo más acorde con los bolsillos de los potenciales usuarios. Esto que constantemente escuchamos en las charlas, tiene varios frentes que atender, ya que la constante investigación de materiales que no sean tan críticos en su consecución, y sobre todas las cosas que sean menos onerosos, permitiría en el tiempo bajar los valores finales de venta de los autos eléctricos. Hoy la oferta en el mercado se encuentran a unos precios que no son de fácil acceso, porque aparte de todos los inconvenientes y aumentos en el costo logístico para la obtención de los mismos, vienen cargados de tecnología tanto de seguridad como de asistencia a la conducción, influyendo directamente en el costo final. Por eso es primordial la búsqueda de elementos constitutivos que sean más económicos y que a su vez mejoren los rendimientos de capacidad y prolonguen más la vida útil de las baterías. Está claro que todo este proyecto de locomoción cuenta con 3 patas que son los pilares fundamentales a optimizar para lograr la apuesta en el menor tiempo posible y al menor costo posible: la autonomía, el sistema logístico de recarga y el costo de las baterías. El primero de ellos evolucionó significativamente en estos años; el segundo lo está haciendo de forma más lenta y de acuerdo con las decisiones gubernamentales de cada país, mientras que el tercero es el que más debe seducir a un futuro usuario de este tipo de vehículo cuando decide comprar una nueva unidad y debe comparar valores de adquisición con respecto a los de locomoción convencional. Todo lo mencionado hasta aquí es para ponernos en situación. Por supuesto que es necesario bajar costos ofreciendo un producto de mejor calidad y desempeño. Y es en este momento donde entra en consideración el motivo de esta nota.

Si bien algunas marcas ya están volcando sus esfuerzos financieros en productos que cubran las consideraciones que vertí antes, el Grupo Stellantis afianza su objetivo de aplicar la tecnología necesaria para desarrollar y producir sus propias baterías denominadas LFP que auguran una mayor capacidad, durabilidad del producto, permisibilidad de cargas más frecuentes y del tipo rápidas, utilizando materiales de menor demanda a los que se emplean en la actualidad (como lo son el Níquel, el Manganeso y el Cobalto), pero a la vez con unos costos considerablemente reducidos. Esta tecnología supera a la actual de iones de litio, basando su construcción en la utilización del litio-fosfato, con mejor performance y menor costo; este último, podría reflejar valores rebajados en hasta un 15% menos. Este dato es bueno, siempre y cuando sea trasladado al precio final del vehículo, ya que como sabemos, el valor más relevante del sistema eléctrico pasa por el de la batería eléctrica. También debemos considerar que en virtud de todos los inconvenientes logísticos y de la necesidad de conseguir menos costos de producción, la estrategia de las empresas y grupos pasa por fabricar sus propias baterías que equiparán sus modelos, y de esa manera no tener una dependencia de los mayores fabricantes del mundo, que actualmente se encuentran en China.

Por cierto, esta visión estratégica que cada vez es más aceptada y puesta en práctica, seguramente permitirá optimizar costos. En particular, esta inversión que llevará a cabo el Grupo Stellantis apunta a satisfacer las demandas de sus nuevos productos eléctricos de la marca Peugeot, Opel, Citroën y Fiat. En resumen, si bien todo este desarrollo que les presenté tiene un objetivo pragmático apuntando a ofrecernos un mejor producto y más económico, lo que podemos avizorar es un denodado esfuerzo de los diferentes fabricantes para mejorar su portfolio y de esa manera que empiecen a estar más al alcance de un consumidor medio.

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Alberto Mario Kuchen

Apasionado por los autos. Familiarmente vinculado a este maravilloso mundo y al de las carreras de autos: mi padre que corrió en la década de los años 60 con el seudónimo de Sandokán. Como Ingeniero Mecánico Aeronáutico, la tecnología en pos de la seguridad y la mejora continua, siempre llamó mi atención. Mi compromiso con ustedes para compartir e investigar en todo lo que viene.

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