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Novedades con las baterías de estado sólido.

Desde hace algunos años hasta la fecha, hemos recibido mucha información acerca de la evolución del desarrollo de las tan ansiadas baterías de estado sólido, con la esperanza que este salto tecnológico aplicado en la construcción de las baterías eléctricas que equipan los autos electrificados redunde en beneficios de todo tipo.

Es una realidad que, en el paso de los años, para aquellos que seguimos la constante evolución tecnológica de las baterías eléctricas que son utilizadas en la movilidad vehicular, fuimos testigos de un verdadero progreso de lo que conocemos hoy acerca de cómo son, sus diferentes tipos constructivos y los materiales empleados en el proceso, y por supuesto, los diferentes rendimientos con pros y contras de cada una de ellas. En este devenir, los materiales utilizados han sido reemplazados a lo largo de los años, considerando el rendimiento que pueden ofrecer ya sea en cuanto a densidad capacitiva, recuperación de carga y autonomía capaz de generar de acuerdo con el sistema de gestión electrónica que vincula la propulsión del vehículo. Y si bien estas consideraciones son muy importantes en los autos que son totalmente eléctricos, para aquellos que cuentan con el sistema Plug-in o los híbridos convencionales, también lo son. Por lo tanto, las baterías de estado sólido son la promesa para el mercado que augura una verdadera revolución que permitirá a futuros interesados optar por un vehículo electrificado que mejore y con creces, el desenvolvimiento diario de su auto con la promesa en firme que los tiempos de recarga sean ostensiblemente menores, los volúmenes necesarios para su alojamiento en el auto y peso en general disminuyan, y que la autonomía aportante sea considerablemente mayor, con el aditamento de una disminución indispensable de costos de fabricación y posterior traslado al precio, una vez consolidada la construcción en escala.

Estos aspectos son indispensables para un aporte relevante y necesario para que el fiel de la balanza empiece a inclinarse en favor de la elección por la movilidad eléctrica. Esto hoy, así planteado, es un verdadero desafío de la evolución tecnológica, pero que se acerca cada vez más a medida que pasan los años y nos aproximamos a la hora de la verdad: contar en el mercado con ese “santo grial” tan deseado para aquellos que avizoran un futuro en convivencia con la tecnología tradicional y convencional de propulsión: compartir por un tiempo no especificado con los motores de combustión alternativa. Ahora bien: este gran desafío que, por supuesto no lo podemos valorar ni cuantificar en nuestra región, está ocurriendo en lugares muy específicos, siendo uno de ellos y en particular el más importantes y reconocidas en China.

Acá es precisamente donde se concentra la mayor cantidad de fábricas de baterías eléctricas, siendo una de las más importantes y conocidas las conocidas CATL y BYD (entre otras). A medida que transcurren los plazos naturales para desarrollar y comprobar los esfuerzos financieros y tecnológicosvan dejando testimonio a través de constantes pruebas de testeo en vehículos que están movilizándose a lo largo de diferentes territorios con el fin de recabar información necesaria para mejorar y optimizar rendimientos y desempeños en condiciones extremas de temperatura, con el fin de evaluar resultados. Pero uno de los escollos que más está en discusión actualmente, es la solución de algunos problemas que encuentran los fabricantes en el proceso final de producción “a escala”: es decir, llevar el producto definitivo a un nivel de fabricación que cubra la demanda. Respecto a esta problemática, se llevó a cabo una asociación entre BYD y CATL con el objeto claro de reducir costos y acortar los tiempos para alcanzar un producto realmente competitivo. Un dato de color muy importante es que actualmente entre ambas empresas le entregan al mercado automotriz un poco más de la mitad de las baterías eléctricas de producción global, lo que sin dudas representan un referente de mucho peso. Si bien el objetivo por el que pelean todas las marcas es el de llegar primero al mercado, el compromiso es el mismo: ofrecer un producto con muy buen rendimiento, calidad y durabilidad, pero a un bajo costo.

Está claro que ante este panorama que les acabo de presentar, prometer una fecha es algo muy deseado, pero poco certero a la vez; si bien todas las empresas (incluidas las marcas de autos con sus propios aportes de desarrollo y financiamiento) están en el buen sendero, todo indicaría que las fechas están más próximas de lo que intuimos. Y si bien las metas entre el 2026 y el 2030 están cerca, las marcas se están esforzando para dar ese gran paso que la industria anhela. Toda esta ansiedad, es porque este nuevo tipo de batería elevaría considerablemente la densidad energética, llevando los actuales 350 Wh/kg que ofrecen las más evolucionadas de litio, para alcanzar en un comienzo los 500 Wh/kg de las de estado sólido. En esta transición, las actuales podrán evolucionar un poco más, pero el salto que recién destaco es muy significativo. Y probablemente la convivencia de ambas tecnologías se prolongará un poco en el tiempo hasta que la producción a escala se optimice y posteriormente se vaya evolucionando con esta nueva tecnología. La historia se está empezando a escribir, con un final que, por supuesto desconocemos pero que aportará un salto tecnológico muy importante que quizás no lo veamos en toda su dimensión. Para ello, debemos esperar unos pocos años más.

Dicho esto, me gustaría comentarles que la historia nos demuestra que alcanzar hitos no significa que luego viene un proceso de calma y estancamiento, sino que por el contrario siempre se abren nuevapuertas para que la tecnología continúe avanzando, incursionando en caminos desconocidos, pero con un objetivo ulterior que abraza la superación. Los invito a que sigamos hurgando en estos temas que seguramente marcarán nuevos desafíos.

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Alberto Mario Kuchen

Apasionado por los autos. Familiarmente vinculado a este maravilloso mundo y al de las carreras de autos: mi padre que corrió en la década de los años 60 con el seudónimo de Sandokán. Como Ingeniero Mecánico Aeronáutico, la tecnología en pos de la seguridad y la mejora continua, siempre llamó mi atención. Mi compromiso con ustedes para compartir e investigar en todo lo que viene.

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