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Nuevo Porsche 911 Cabriolet.

Continúan las presentaciones de autos súper deportivos, y la firma de Stuttgart se engalana poniendo a disposición de sus fanáticos un auto que lleva el ADN de los míticos 911 clásicos, pero agiornando y adaptando la modernidad en sus productos.

Es difícil pensar que la firma germana genere cambios radicales en sus productos, ya que una característica que perduró a lo largo de las décadas, es la continuidad no sólo en el estilo, sino también en la esencia de lo que llamamos “la interpretación de lo deportivo”. Para los que aman su estilo no lo objetan, sino que por el contrario desean fervientemente esa continuidad. Pero lo que sí exigen es una constante mejora en sus performances y un refinamiento en los detalles que lo diferencian del resto. Desde hace un tiempo los fanáticos y puristas de la marca, tuvieron que aceptar a regañadientes una evolución que Porsche adoptó, y que a algunos motores bóxer les incorporaron la tecnología del turbo compresor, disminuyendo en algunos casos la cilindrada. Por supuesto que la tecnología llevó a plantear el cambio y a adoptarlo, pero la resistencia se hizo presente. Entiendo que es importante hacer este comentario, porque fue una decisión un tanto difícil de asimilar, pero con el tiempo se pudo “aceptar” esta adaptación. Como bien sabemos, la tecnología fue tiñendo nuestras viejas costumbres de manejo, tratando de preservar nuestra integridad y de hacer las cosas más fáciles a la hora de “domar” semejante potencia disponible. Dicho esto, voy a referirme directamente a esta belleza tecnológica que brilla y destaca desde el ángulo de donde se lo aprecie.

En esta nueva generación denominada 992, este descapotable o cabriolet presenta varias modificaciones estéticas que lo refinan más aún. Algunas de ellas son poco distinguibles a simple vista, pero apreciando con detenimiento resaltan con más notoriedad. Por el momento Porsche presenta la variante “Carrera S” con tracción trasera y la “Carrera 4S” con tracción integral, dotado con su tradicional motor bóxer de 3.0 litros de cilindrada con 6 cilindros y turbo que eroga una sabrosa potencia de 450 CV a 6.500 rpm y 530 Nm de par motor entre las 2.300 y 5.000 rpm, pudiendo transmitir ese potencial a través de la maravillosa transmisión automática PDK de 8 velocidades.

Con relación a lo estético, podemos darnos cuenta que los diseñadores van conservando la concepción original del modelo. Pero con el paso del tiempo, las líneas se van refinando y aportando lo necesario para que aerodinámicamente el vehículo se comporte cada vez mejor, logrando coeficientes de penetración (coeficiente aerodinámico) cada vez más bajos, pudiendo obtener registros espectaculares. Lo afirmado se ve reflejado en varios aspectos, como lo son las ópticas delanteras, de forma redondeada con los agiornamientos propios a medida que se van presentando las nuevas variantes. Se conserva la utilización del espacio delantero como maleta contenida, cuyo capot es de apertura delantera como hace décadas.

Las ópticas traseras siguen siendo de gran tamaño, alargadas cubriendo mucha superficie, pero ahora la marca impone una variante ya vista desde hace algunos años y modelos, y que consiste en la unión de las mismas por medio de un acrílico delgado. Como si esto fuera poco, se aumenta el volúmen de los pasarruedas traseros generando una percepción de mayor ancho. Y si apreciamos su figura general en perspectiva, vamos a ver las tomas de aire que refrigeran el motor en la parte superior del capot trasero.

Lo tecnológico se hace presente en muchos aspectos, ya sea en lo que se puede ver al sentarse en el habitáculo, como en los sistemas que asisten en la conducción. Con respecto a lo que el conductor puede disfrutar al sentarse detrás del volante, lo que primero salta a la vista de todos es la adopción de la tecnología digital en los relojes que integran el tablero de datos; pero Porsche quiere conservar parte de lo que considera esencial, manteniendo el reloj analógico central del cuenta revoluciones, entregando la posta a los 4 restantes incorporándoles la tecnología digital. Y con respecto a la pantalla central es aumentada en su tamaño, y con sistema operativo mejorado. Esto llevó a repensar estéticamente la armonía en el diseño del tablero en general. También hubo modificaciones en la consola central. Si mencionamos la adecuación de la electrónica con relación a los sistemas de ayuda a la conducción, más allá de lo tradicional que tenía de serie el modelo anterior (el 991.5), este nuevo modelo incorpora o puede incorporar en carácter de opcional, distintos sistemas: el que avisa al conductor al detectar el riesgo de colisión contra objetos que detecta en movimiento, generando una frenada de emergencia en el caso de ser necesario, denominado “Sistema de aviso y asistencia de frenado”; el asistente de visión nocturna que se alimenta con una cámara de visión térmica; el moderno Control de Crucero Adaptativo que facilita la función del control de la distancia automática (regulable); la función de parada y arranque (Stop/Start); la función autónoma de Asistente de Emergencia; la protección para ocupantes, entre otros.

Con relación a los modos de conducción, incorpora uno nuevo denominado “Wet” que detecta la presencia de agua en el asfalto, y cuya tarea es la de coordinar los sistemas de control para adaptar reacciones de los sistemas en función de esa nueva condición, alertando a la vez al conductor para poner a punto el auto pulsando un botón; si posee el paquete Sport Chrono, puede utilizar el selector de modos que se encuentra solidario al volante. Para referirnos a algunos datos de performance, Porsche declara que la aceleración de 0 a 100 km/h del Carrera S ronda los 3,9 segundos, y el Carrera 4S lo hace en 3,8 segundos. En el caso de tener el paquete Sport Chrono Package baja a 3,7 y 3,6 segundos respectivamente. Y si hablamos de la velocidad máxima, es de 306 y 304 km/h. Demás está decir, que esta hermosa máquina infernal solo necesita ser manejada para poder disfrutar de tanta tecnología y potencial. Lástima que sea para algunos pocos privilegiados. Y la pregunta de siempre, es para cuándo vamos a poder verlos rodar. Y seguramente para el segundo semestre podamos tener la grata noticia.

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Alberto Mario Kuchen

Apasionado por los autos. Familiarmente vinculado a este maravilloso mundo y al de las carreras de autos: mi padre que corrió en la década de los años 60 con el seudónimo de Sandokán. Como Ingeniero Mecánico Aeronáutico, la tecnología en pos de la seguridad y la mejora continua, siempre llamó mi atención. Mi compromiso con ustedes para compartir e investigar en todo lo que viene.

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