Nuevo Renault Clío de quinta generación.

Demás está decir que este hermoso vehículo representa el “caballito de batalla” de la marca francesa, y que por el motivo que sea, han permitido circular algunas fotos para quitar del medio una pequeña porción de ansiedad ante tanta expectativa que genera este recambio de generación. Por supuesto, había dudas si se trataba de una evolución o de un cambio radical. Al develarse oficialmente su figura a través de fotos, la duda central se esfumó. Ya en clima, me voy a dedicar a detallar los aspectos esenciales de este nuevo utilitario del competitivo segmento B. Lo primero que nos preguntamos, es si su silueta es más grande o más pequeña, y en realidad, por lo trascendido, es apenas unos milímetros más corto y unos más bajo. Es decir, que prácticamente conserva su tamaño. Al analizar su silueta en lo referente a lo estético, al mencionar la palabra “evolución” podemos inferir que toma muchos aspectos de la generación anterior pero algunos son mejorados y adaptados, hasta incluso adopta soluciones de su hermano mayor, el Megane.

Si tomamos la trompa del auto, conserva el criterio de una enorme insignia del rombo en su parte central, resaltando su identidad con dos líneas rectas cromadas descendentes desde las ópticas hacia el centro de su logo. La parrilla conserva en líneas generales su formato, con un fondo de color negro brillante que resalta su imagen. Y si hablamos de las ópticas adopta la tecnología LED, con el nuevo característico apéndice que se origina como una continuidad de la línea superior de luz de día, dirigiéndose desde el extremo exterior hacia abajo generando una imagen muy característica. Y el capot recibe unas nervaduras que le dan un carácter musculoso. En cuanto al parachoques, recibe unos pequeños detalles que lo distinguen del usado por su antecesor.

Si observamos su vista lateral, conserva su rasgo característico desde su frente hasta el tercer pilar, manteniendo la apertura de las puertas traseras mediante unas manillas disimuladas en su extremo superior, simulando un estilo de coupé. Lo que sí encontramos como sutileza y que le asienta muy bién, son los apliques de líneas cromadas en las ventanillas y la modificación en la moldura inferior de ambas puertas, dando un toque más sobrio y elegante.

Su parte trasera presenta unas ópticas que han sido rediseñadas haciendo hincapié en la distribución de las luces. Mientras que en la tapa de la cajuela, se le ha quitado la moldura inferior que ostentaba la generación anterior. Esta conjunción de aspectos tomados de la generación anterior unidos a los nuevos, mejoran la impronta y logran un producto evolucionado y moderno. Desde un punto de vista estético, podemos decir que presenta unas líneas bién redondeadas que le otorgan un carácter más elegante y estilizado, permitiéndole aportar un beneficio aerodinámico y mejor rendimiento en la penetración de flujo.

Con relación al habitáculo, pocos son los datos aportados por la marca, así que debemos tener un poco de paciencia para estar al tanto de lo que nos va a ofrecer como seguramente aspiramos tener claro: lo tecnológico. Pero según un dato facilitado por Renault, lograron obtener unos 391 litros en el maletero, lo que le permite estar al tope de capacidad en comparación con los autos de su categoría. Aplicaron una solución muy práctica, ya que cuenta con un piso duro removible que se lo puede ubicar en dos posiciones de altura posibles, otorgando un “doble” fondo. Este detalle facilita la distribución y “ocultamiento” de parte de la carga. Y una vez rebatido el respaldar de la segunda fila, se logra obtener una superficie lo suficientemente plano.

Tampoco tenemos precisiones acerca de las plantas motrices y cajas de velocidades a utilizar, como así tampoco de las versiones con que vamos a contar. Pero se supone que aparte de las convencionales con motores de gasolina de entre 75 y 140 CV (quizás también algún motor diesel), vamos a disponer de una versión RS Line que gozará de la inspiración de Renault Sport, para suceder al ya conocido GT-Line. Tengamos en cuenta que dependiendo de la región de comercialización, es probable que haya variaciones de ofertas. Otro dato totalmente relevante, es que hace pocos días y posterior a la publicación de algunas fotos y datos generales que dieron origen a estas líneas, Renault confirmó que este nuevo producto contará en un futuro inmediato con la tecnología e-Tech, similar a la utilizada en los productos de Nissan, denominada e-Power. Esta tecnología combina la utilización de un motor de combustión interna (sería el caso de 1.6 litros), pero que funciona no para la locomoción del vehículo, sino como generador de la energía para recargar las baterías que alimentan los dos motores eléctricos que son los que mueven el auto. El otro detalle, es que puede ser tanto híbrido convencional como híbrido Plug-in. Es decir, el primero no necesita provisión externa de recarga de energía, mientras que el segundo sí puede realizarlo. La composición de ambas alternativas, presenta la diferencia en la capacidad de las baterías a utilizar: la híbrida convencional contará con una capacidad de 1,2 Kwh y la Plug-in con 9,8 Kwh, permitiéndole esta última, cubrir unos 50 kilómetros sin la necesidad de encender el motor de combustión interna. Esta implementación de la tecnología híbrida es una novedad para Renault, ya que como sabemos hasta el momento había hecho hincapié en el desarrollo de unidades 100% eléctricas, como lo llevan a cabo el resto de las marcas.

En líneas generales, para definir a esta nueva generación, Renault trata de optimizar los ya buenos resultados obtenidos con la generación anterior, incorporando la tecnología que viene desarrollando y aplicando en sus hermanos mayores, con un ayornamiento estético que lo rejuvenece y pone al día para competir en esta dura lucha de su segmento.