Parece que Toyota empleará motores diesel para los nuevos modelos híbridos en sus vehículos de porte, utilitarios y de trabajo.

En medio de tantas adaptaciones y transformaciones que está experimentado el ambiente automotriz, desde hace un tiempo se viene tratando de averiguar cómo va a ser la transición en determinados vehículos que cada marca implementa en esta adaptación tecnológica hacia la electrificación. Cada una lo hace con estrategias diferentes, pero lo que sí es cierto, que todas comenzaron a transitar por este camino. Y sin dudas, un segmento muy demandado actualmente y en constante crecimiento por su versatilidad, son las pickups y en especial las de tamaño mediano para muchos mercados de varias regiones. También es cierto que cuando nos informamos con datos que vinculan a personas relevantes de la estructura de una marca, inmediatamente se genera una ola de información que impacta en la opinión pública, curiosa y hábida de estar en conocimiento de primicias e información. En esta oportunidad, me voy a referir al “trabajo” que viene realizando la marca Toyota para una serie de vehículos a los que se les va a adaptar este nuevo grupo propulsor híbrido que está en pleno desarrollo. Para ello y a modo de novedad, apela a la utilización de nuevos motores diésel de 2.5 y 3.5 litros. Como grupo motriz híbrido, integrarán el grupo propulsor junto a un motor eléctrico, despejando las dudas acerca del uso de un motor de gasolina para conformar el corazón motriz. Los fundamentos técnicos seguramente se ilustrarán en un futuro inmediato, pero aplicando la lógica pura, sabemos que un motor alternativo del tipo diésel con turbo asistencia, en general puede disponer de un torque natural superior y con un rendimiento general mayor al que podría dar uno de gasolina, en especial para cubrir con la tarea de propulsar vehículo que cumplen tareas de trabajo con esfuerzo, como es el caso de las pickups y los utilitarios. Por eso, cuando se ponen en la balanza los diferentes aspectos y fundamentos, priman las razones prácticas que justifique tal decisión. Y respecto a las ”razones prácticas”, sin dudas la estrategia global involucra metas en diferentes regiones con los ritmos de adaptación que tiene cada una de ellas, y hasta incluso la decisión de optar por un motor del tipo diésel en lugar de uno a gasolina. Respecto a las plantas de poder diésel, Toyota se encuentra en pleno desarrollo de Ahora bién, este conjunto a adoptar seguramente será incorporado en las futuras generaciones de las pickups que comercializa Toyota, a saber: Hilux, Tacoma y Tundra.

Por otro lado, seguramente la nueva generación de la Land Cruiser Prado y el resto de las SUV´s de porte: la SW4 o Fortuner, la Land Cruiser y hasta alguna Van como lo es la Hiace, serán los beneficiados. La plataforma que emplearán es la TNGA-F, que permite construir los modelos en base a la estructura baja de largueros, pudiéndose adaptar de acuerdo al tipo de vehículo de porte de referencia. En una primera instancia, figura la Land Cruiser Prado como la primera en aparecer en escena allá por el 2.023, mientras que para el 2.024 se esperan las nuevas generaciones de Hilux, SW4 y la Van Hiace, que todo apunta a que se van a construir en la planta que tiene Toyota en Zárate, Argentina, al menos las 2 primeras. Como podemos darnos cuenta, estos datos son pocos, pero válidos para impulsar la esperanza que en nuestra región se fabricarán varios modelos híbridos, y seguramente entre varios de ellos compartan la tecnología que Toyota está desarrollando para estos segmentos de vehículos de mayor porte.