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Qué piensa Toyota de la electrificación total para sus vehículos.
El mundo automotriz viene preguntándose desde hace un tiempo a la fecha, si la estrategia general de Toyota respecto a la electrificación total de su portfolio es acertada o está quedando rezagada respecto a las otras marcas, ya que si bien hay desarrollos de este tipo, la mayor cantidad de esfuerzos están puestos en los híbridos e híbridos enchufables.
Las preguntas de los que se encuentran pendientes en el “día a día” de las noticias de este apasionante mundo son variadas. Pero hay un hilo conductor que inexorablemente desemboca en la pregunta “porqué Toyota no se aboca al desarrollo de los autos totalmente eléctricos en comparación con otras marcas que sí manifiestan un esfuerzo palpable de ello”. Para ser honestos con la realidad de los hechos, Toyota sí viene ocupándose desde hace varios años con este planteamiento. Pruebas de ello están reflejadas y avaladas con varias noticias respecto a su desarrollo de la batería de estado sólido y de alianzas con otras marcas que la vinculan con esfuerzos económicos y de investigación. A su vez Toyota está convencida que se está en los comienzos de la etapa de la electrificación total en cuanto a la movilidad automotriz y que aún no es “el momento” porque los costos de la fabricación, implementación y comercialización de las baterías de gran capacidad, aún no son lo suficientemente convenientes hasta que se logre un esquema de gran escala de producción. Por otro lado, para contener este movimiento masivo de conversión hacia lo totalmente eléctrico, tiene un par de condicionantes que a la fecha quedan bastante expuestos en la mayoría de las regiones: el talón de Aquiles para lanzarse a este tipo de movilidad, necesita imperiosamente contar con una infraestructura de reposto mediante los cargadores fijos con potencia suficiente para hacer cortos los tiempos de recarga de las baterías, sobre todo en las rutas o caminos a través de los cuales se hacen grandes recorridos. Y por supuesto, este escollo se va a ir superando en el tiempo, a fuerza de políticas gubernamentales acordes, y sobre todo, que se realicen los gigantescos esfuerzos financieros que permitan tal efecto. Pero no debemos descuidar otros factores que hacen a la “problemática” actual por la cual el proceso de transición va a llevar muchos años: la extracción de materiales raros y específicos necesarios para la construcción de motores y baterías, y por supuesto la consideración de las exigencias que van a tener que implementarse para la recuperación o descarte del material que finalmente debe ser desechado porque su vida se agotó. Si vemos en perspectiva este planteamiento, seguramente vamos a tener que aceptar que hay muchas personas que se están abocando a estas cuestiones, pero sin dudas nos vamos a tener que armar de paciencia porque tiempo es lo que se va a necesitar. De cualquier manera, lo que deseo transmitirles es el concepto por el cual la marca nipona, que sin dudas es una de las constructoras de vehículos más grande a nivel global, ha optado por esta estrategia, ya que considera que aún no es el momento apropiado para volcarse en su totalidad al modo de locomoción totalmente eléctrico. Y esto no es solo una apreciación o un comentario sin muchos fundamentos, ya que consciente de que fue pionera en la implementación de la hibridación de la movilidad automotriz hace 24 años, adopta una estrategia a largo plazo analizando la evolución del proceso y el contexto general en función de la disponibilidad de la tecnología que sería la apropiada para hacerlo más accesible al consumidor; es decir, que se logre una baja considerable en el costo de producción de las baterías una vez consolidada una producción a escala, factor más que importante.
Como nos podemos dar cuenta, la marca no sólo nos presenta fundamentos lógicos, sino que prefiere dar pasos seguros en la evolución de este proceso de transformación sin apresurarse en la toma de decisiones. En esa línea de pensamiento, y pensando en los deseos y posible elección de los clientes, Toyota cree que en cierta forma debe aceptarse lo que ellos quieren. Por otro lado, ejerzamos nuestra memoria para este razonamiento: fueron los primeros en la hibridación pura, y recién hace un par de años arremetieron con un par de modelos con versiones híbridas enchufables: Prius y RAV-4. Creo que más allá del deseo de algunos de nosotros, debemos saber interpretar “los tiempos” de Toyota en función de la evolución misma del actual proceso y de las consideraciones que enumeré antes. Y tampoco olvidemos que está trabajando en su primer modelo eléctrico concept el bZ4X y en la presentación de un vehículo con una batería de estado sólido. El panorama es muy alentador, pero con un ritmo propio. Y para los que “recordamos” la obligación de cumplir con la exigente normativa EURO 6, con penalidades abultadas y cuantiosas por incumplimiento de la misma, no debemos olvidar que Toyota dejó de producir motores alternativos diésel, y en grandes mercados comercializa únicamente unidades híbridas e híbridas enchufables. Para avalar estos comentarios, deseo hacer referencia a unas palabras del director Shigeki Terashi donde afirma que “es demasiado pronto para centrarse en una opción”. También comentó que Toyota interpreta que hasta el 2.050 habrá diferentes opciones de movilidad que van a convivir: los híbridos, los de pila de combustible de hidrógeno y los totalmente eléctricos, para cubrir todas las necesidades del mercado. Con esta pequeña nota quiero acercarles algunas consideraciones que son importantes y determinantes para saber interpretar el ritmo del proceso que imprimió Toyota para ejecutar su estrategia empresarial.