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Otro desarrollo para recargar las baterías en menor tiempo.
La industria automotriz de locomoción eléctrica necesita disponer constantemente de nuevas conquistas tecnológicas en su afán de nutrirse de adelantos y avances para ofrecer productos muy competitivos, más evolucionados y con la certeza que las necesidades y exigencias de los futuros usuarios se vean complacidos.
En consonancia con lo que acabo de mencionar, el escollo del tiempo de recarga de las baterías de los vehículos totalmente eléctricos, es sin dudas un tema que hoy representa un tema central. Pero como venimos charlando, muchos son los puntos que se deben “atacar” a la vez con el solo hecho de bajar en forma considerable el tiempo de reposto de éstas. Si venimos prestando atención a lo que viene aconteciendo en este último tiempo, las incógnitas que se deben ir convirtiendo en soluciones prácticas para revertir la actitud de futuros compradores, son muchas. Pero también es cierto que los tiempos se han acelerado, y cada nuevo descubrimiento o aporte tecnológico al tema, no sólo es bienvenido, sino que también es muy celebrado. Hemos hablado de la incorporación y desarrollo de las baterías con materiales que van reemplazando de a poco algunos componentes que son considerados como “malos y críticos”. También del desarrollo de las baterías de estado sólido, del aumento de la capacidad energética y con el menor peso y volumen a ocupar para tener disponibilidad de la misma autonomía, además de la sustancial baja en el costo de fabricación al llegar a masificar en escala la producción. También se evolucionó aumentando la capacidad de aceptación de la potencia de recarga de la batería. Claro está que es notoria la evolución alcanzada en pocos años de investigación y desarrollo (I+D). Pero hoy venimos a enterarnos que en la Universidad de Purdue, el profesor Issam Mudawar y su equipo de estudiantes viene trabajando desde hace un tiempo en un nuevo desarrollo: la construcción de un cable de recarga de energía eléctrica que posibilitaría alcanzar el reposto en unos cinco minutos, hecho que de concretarse, significaría un hallazgo y adelanto técnico verdaderamente útil para mejorar el vínculo que debe realizarse entre el vehículo y el cargador de energía externa. Aparentemente, este nuevo descubrimiento no se podría utilizar en cualquier auto eléctrico ya que requeriría de algunas particularidades. En concreto, y para poder aclarar un poco más la novedad, quiero comentarles que la clave del nuevo desarrollo se basa en el control de la temperatura que se genera al momento de la carga. Esta temperatura se va acumulando en las tres partes involucradas en este proceso: el cargador, el cable (como accesorio) y en la batería. Y también hay que considerar que el calor generado en el proceso aumenta en forma proporcional con el voltaje al que el sistema es sometido. Esto significa que cuando las cargas eléctricas son provocadas con mayor intensidad, como ocurre con las cargas más rápidas, en el proceso se genera más calor. Actualmente el calor que se acumula en ambos extremos (cargador y batería) es compensado con la incorporación de disipadores que permiten mantener bajo control la temperatura, solución que requiere de tiempos un poco más largos para realizar la operación de recarga energética. Como se darán cuenta, hasta acá no hay nada nuevo. Pero acá es donde precisamente entra en el juego este nuevo descubrimiento: el profesor Mudawar plantea incorporar un sistema de disipación de calor en el cable mismo. Esta solución pasaría por recubrir al cable con una cámara del tipo flexible con un refrigerante líquido que va absorbiendo el calor que se va generando en el cable al circular la corriente eléctrica, facilitando que ésta lo haga mucho más rápido. Es decir, la refrigeración que se incorpora en la parte exterior del cableado, permite una mayor circulación de la energía eléctrica. Los ensayos prácticos llevados a cabo en la Universidad, consiguen registrar una evacuación de hasta 24 Kw de energía calórica, dato que es relevante, y para entender un poco más del tema, ello permite que la operación de recarga se efectúe con una merma de tiempo muy considerable, posibilitando que los vehículos que están preparados para recibir una potencia de carga elevada a través de los cargadores más potentes del mercado, puedan tomar solo cinco minutos para efectuar la operación. Esta última acotación, viene a justificar el comentario que realicé unas líneas arriba, en lo referente a que no se podría utilizar en cualquier auto eléctrico. Para apoyar este proyecto, la empresa Ford dice presente y está ayudando en lo concerniente a los trámites necesarios para inscribir la patente. Si bien aún no hay pruebas concretas llevadas a cabo en vehículos, las pruebas de laboratorio necesitan ser refutadas en la práctica; pero seguramente si se consiguen algunos valores cercanos a los presentados por el profesor Mudawar, va a generar una revolución en el mundo automotriz electrificado, desafiando y superando a la tecnología empleada en los modernos cargadores denominados Supercharger V3 de Tesla o los Turbo Charging de Porsche, que necesitan alrededor de media hora para completar la carga completa. Bueno, más allá de algunos datos y números que pueden demorar en digerirse para entender la parte técnica por la que se fundamenta este descubrimiento, un dato que sí hay que resaltar, que de concretarse en la práctica, el tiempo de espera para recargar la batería en una electrolinera determinada con las características que recién detallé, insumiría un tiempo casi similar al de reposto que requiere llenar un tanque de combustible. El tiempo dirá si esta propuesta técnica resulta efectiva como fue planteado, o es otro intento para mejorar el rendimiento de carga. De todas formas, es bienvenido el hecho de nuevos aportes.