Para entender la estrategia de Nissan en este nuevo B-SUV, debo destacar que poco le vamos a encontrar de similitud respecto al actual ya que básicamente fue rediseñado tomando un nuevo ADN para definirlo por donde se lo mire: su parte frontal dispone de una gran máscara de color negra brillante que ubica las modernas ópticas de formato rectangular y tecnología LED en la parte superior; resalta la presencia de 4 barras horizontales que integran las DRL de circulación. Por debajo encontramos un paragolpes de forma rectangular que sobresale de su plano vertical, pintado con el color de la carrocería; más abajo está la parrilla de forma trapezoidal cuya función también es la de refrigerar el motor; y en la parte inferior, como es típico y común en este tipo de vehículo, vemos los plásticos negros protectores que se ubican en todo el perímetro bajo de la carrocería y en los pasarruedas.
Visto de perfil, sus líneas son totalmente diferentes, mostrando una cintura un poco más alta y con pendiente ascendente a medida que evoluciona su recorrido hacia su zaga. En el pilar C, encontramos una terminación de plástico en color negro brillante que continúa hasta el deflector vertical de la luneta trasera, simulando una superficie superior voladiza. Resaltan los musculosos pasarruedas y vemos que se hace presente el esquema de pintura bitono entre la carrocería y el techo, generando un contraste visual válido. Respecto a su parte posterior, el rediseño de las ópticas es total en forma de “L” invertida, con un diseño del portón levadizo que facilita una cómoda carga de la maleta. El diseño general es moderno y muy atractivo.
En su habitáculo apreciamos una evolución muy marcada: su tablero general presenta un escalonamiento generando una visual tridimensional, ubicando una gran placa rectangular con cierta curvatura que enmarca las 2 nuevas pantallas digitales de 12.3 pulgadas: una para el instrumental con configuraciones admisibles y la otra para el infoentretenimiento y sistema de multimedia. Tanto las butacas delanteras como los asientos traseros fueron confeccionados utilizando la tecnología denominada Zero Gravity. Respecto al equipamiento que dispondrán las distintas versiones, es de esperar que variará según el destino o mercado donde se comercialice, y seguramente en el norteamericano contará con todo el abanico tecnológico que puede incorporarse en este modelo, ya sea por exigencias propias del país como por las del futuro usuario: paquete Safety Shield 360, alerta de punto ciego, control de velocidad crucero adaptativo, alerta de cambio de carril involuntario, frenado autónomo de emergencia con detección de peatones, encendido y apagado automático de luces altas, tecnología ProPilot Assist, cámaras de 360°, entre otros.
En cuanto a las motorizaciones, también dependiendo del mercado, puede ser un motor de gasolina de 2.0 litros con una potencia de 143 CV acoplado a una caja automática del tipo CVT, o sino un motor de 1.0 litro turbo (TCe) que entrega 125 CV. Lo que queda fuera de opción, es el conocido motor de gasolina de 1.6 litros de 120 CV que actualmente la marca utiliza y que decidió discontinuar. También la información detalla que habrá una versión para EEUU que dispondrá de una suspensión trasera del tipo multilink y con la posibilidad de tener tracción del tipo integral (sin especificar más data). Lo que aún no han manifestado, es la posibilidad de ofrecer en un futuro, alguna opción con variante del tipo híbrido. En cuanto a las dimensiones, este nuevo Kicks tiene una figura que representa mayor volumen, incrementando todas las cotas que lo diferencian del actual: es 5.6 centímetros más largo, alcanzando los 4.37 metros; es 4 centímetros más ancho llegando a los 1.8 metros; 2 centímetros más alto hasta los 1.63 metros, e incrementa 3.6 centímetros la distancia entre ejes alcanzando los 2.66 metros. Si bien no se ha especificado la plataforma que utilizarán, es de suponer que se trata de la CMF-B adaptada a este nuevo producto. La marca pone énfasis en este nuevo producto resaltando la buena performance de ventas que tuvo en los distintos mercados de toda América, separando la producción en 2 factorías con las que provee este B-SUV: la ubicada en el complejo industrial A1 de Aguascalientes en México, la cual es la responsable de proveer en un futuro inmediato a su propio mercado, al de EEUU, Panamá, Costa Rica, Colombia, Perú y Chile y a unos 70 países más que están en distintas regiones. Mientras que la segunda planta ubicada en Resende, Brasil, es la destinada a abastecer a su propio mercado y al de Argentina. Esto demuestra, que se trata de un vehículo cuyo desarrollo y comercialización tiene una mirada global. Para este nuevo vehículo, la marca efectuó inversiones importantes desde hace un par de años tanto en su línea de producción, como en la nueva automatización y capacitación de todo el personal. Si bien ya empezó su fabricación, en breve comenzará su comercialización en forma escalonada en los diferentes mercados, haciendo hincapié inicialmente donde actualmente cuenta con mayor presencia.
Es de esperar que su público de marca siga respaldando a este nuevo producto que ofrece más tecnología y que se presenta de forma totalmente renovada con un estilo muy moderno, intentando convencer a nuevos “propietarios” que quieren incursionar en este segmento B-SUV que sin dudas es uno de los más competitivos del mercado actual y global.
