Como es costumbre de Kia, en cada cambio de generación de sus productos parece que quiere tirar todos los “apuntes” de los diseños anteriores a la basura, y empezar de nuevo proponiendo líneas modernas y atrevidas. Sin dudas esta nueva definición de imagen de la nueva Sportage sorprende totalmente ya que en cierta forma no tiene nada que ver con la que se comercializa actualmente. Del ángulo donde la miremos, transmite la sensación que se trata de un modelo totalmente nuevo y que no proviene de ningún antecesor. El hecho en sí, es muy relevante, ya que actuar considerando al nuevo producto como “hagamos borrón y cuenta nueva”, nos pone en la antesala de algo totalmente novedoso. Debo anticiparles que no se cuentan con datos específicos, tales como medidas, alternativas de locomoción y tecnología específica con la que va a contar en su “arsenal” para hacer frente a sus competidores directos y sin ahondar mucho en este aspecto, porque tenemos que tener presente que pertenece a un segmento de vehículos donde la competencia es feroz, ya que cuenta con una nutrida variedad de contrincantes. Regresando al vehículo en sí, ya se supo que va a contar con dos versiones que presentarán variaciones específicas: una en particular será para comercializarse en Europa cuya presentación se efectuará posiblemente en setiembre, y la otra para el resto de las regiones, saliendo a la venta a la brevedad. Respecto a este tema, poco hay para comentar, ya que aparte de la falta de información, esta definición puede justificarse solamente con la adecuación de estética y tecnología demandada en específico. Pero de lo que sí hay mucho para comentar, es respecto al diseño adoptado: Kia denomina a su nuevo lenguaje de diseño como “Opposites United”. Con este nuevo ADN pretende plasmar modernidad con líneas atrevidas pero que a la vez refleje emociones, sin dejar de ser orgánicas. A simple vista, su estilo deja claro que estamos frente a un SUV con líneas que reflejan una verdadera refinación y fluidez conceptual, porque sin saber sus dimensiones, aparenta un mayor volumen general. A esto se le suma la “asociación” de estilos que podríamos confrontar con el recientemente presentado Kia EV6, un crossover totalmente eléctrico de generosas dimensiones, pero con un enfoque rupturista: claro está que este comentario es en base a lo que nos tenía acostumbrado la marca. Refresquemos visualmente a la actual generación, y en comparación con esta nueva vamos a ir recorriendo su carrocería: el frente recibe el nombre de “Digital Tiger Face”, redefiniendo la forma de la parrilla frontal que ahora es más grande junto con una toma de aire superior de forma alargada que se ubica justo por debajo del capot, y a su vez se amalgama con los nuevos grupos ópticos de tecnología Led, separados por una gruesa línea de Led de forma de boomerang. Las ópticas están divididas en dos niveles: en el superior están las luces diurnas, y abajo las luces principales de circulación y alumbrado. El paragolpes conserva el color de la carrocería, pero en la parte inferior se observa otra parrilla alargada, presentando en los extremos los faros antinieblas de forma rectangular dentro de un marco de forma irregular con bordes en color gris satinado.
Pasando a su lateral, encontramos líneas más angulosas y trazos más marcados; su línea de cintura se va elevando a medida que avanzamos la mirada hacia su zaga, destacando la presencia de una línea cromada sólo en la parte baja de la superficie vidriada; el tercer pilar fue rediseñado, y ubica una ventanilla de forma trapezoidal que en su parte posterior ambas líneas (superior e inferior) tienden a juntarse, generando un efecto de fluidez lateral. El techo puede venir en color negro, generando la posibilidad de opciones de pintura en bitono para resaltar el contraste de pintura con el de la carrocería. Su parte trasera recibe influencias del Kia EV6, ya que sus ópticas totalmente rediseñadas recuerdan al de su “familiar”: ambas están unidas por una delgada línea de acrílico negro. El portón levadizo presenta una inclinación más notoria y su alerón superior es prominente al igual que los remates verticales laterales, que disimulan una luneta que aparentemente es de forma rectangular pero plana. Su para choque tiene una posición relativamente elevada, y al igual que su frontal y bajos laterales junto a los pasarruedas, incorporan protectores de plástico negro. En la parte inferior del paragolpes, se visualiza un deflector plástico en gris satinado.
Y con respecto a su interior muchas son las sorpresas, porque evidentemente nada tiene que ver con el de la generación actual: totalmente moderno y con soluciones ergonómicas y de diseño que guardan similitud con las de su hermana mayor Sorento. Al ingresar destaca el salto tecnológico, pudiendo encontrar una nueva pantalla totalmente digital con forma rectangular y curva. Están presentadas las dos pantallas en una misma base rectangular: la de instrumentación ubicada frente al conductor y más a la derecha la de infoentretenimiento, de generosas dimensiones. Hay unos pocos comandos manuales para la climatización. Respecto a los aireadores, presentan formas tridimensionales. La consola central sustituye la palanca de cambios por una ya habitual ruleta giratoria, al menos para las versiones con caja automática. Apreciamos varias superficies donde el negro brillante está presente. En cuanto a la calidad de los materiales, en general se aprecia una mejora marcada: apliques tipo cromo, revestimiento del habitáculo en bitono y detalles de apliques en símil madera. Los asientos del piloto y acompañante, fueron rediseñados ergonómicamente, aportando mayor comodidad. Un dato a resaltar es el uso del nuevo logo de la marca.
De lo que Kia no aportó ningún dato al momento, es lo referente a las diferentes motorizaciones a ofrecer, pero es casi seguro que van a compartir las diferentes opciones que encontramos en su prima la Hyundai Tucson: mecánicas de gasolina, diésel, opciones del tipo mild- Hybrid de 48 Voltios (MHEV), una opción híbrida y otra híbrida enchufable. Seguramente compartirán la misma plataforma que utiliza la Hyundai Tucson, con la que podrán producir las diferentes versiones que recién acabo de mencionarles, y hasta incluso en un futuro, una versión totalmente eléctrica. Es de suponer que mantendrán las diferentes configuraciones con caja manual y automática, y con tracción al eje delantero o a ambos ejes. Han mencionado como alternativa en un futuro inmediato, la oferta de una versión denominada X-Line con un acabado más deportivo. A modo de resumen, quiero destacar que el salto generacional que está dando la marca coreana, refleja un esfuerzo importante en su afán de actualizar su portfolio, pero lo hace de una forma que no pasa desapercibida, ya que desarrolló un vehículo C-SUV que impacta visualmente con su nuevo estilo de diseño, incorporando toda la tecnología de última generación de la que dispone, con el objetivo claro de estar en la pelea por el podio en ventas y marcar diferencias entre sus competidores.
