Después de una espera que generó muchos interrogantes, llegó la hora de poner las cartas sobre la mesa. En esta oportunidad la marca japonesa dedicó un esfuerzo muy importante en lograr un producto que no solo llamara la atención, sino que ofrezca lo que el mercado norteamericano busca en este particular segmento de pickups, cosa que no es poca cosa ya que las demandas son muchas y variadas. La lucha por conquistar ese gran mercado de usuarios, es tan importante como el número de ellas que se comercializan anualmente. Y si bien hay productos para todos los gustos, la meta es ser la estrella entre todas. Este título lo lleva desde hace mucho tiempo las que conforman la serie F de Ford. Pero no hay lucha que se pueda ganar si no se pelea, más considerando a sus oponentes pares. Es por eso, que si bien Toyota viene unos pasitos atrás, con este nuevo producto ansía mejorar su posición en la pelea entre sus rivales. Para ello presenta un producto que en una primera impresión impacta no solo por su porte, sino por las mejoras que promete aportar en todos los requerimientos básicos a los que son sometidas. Este particular mercado, hace lugar a un despliegue de demandas para cubrir muchas actividades, y si bien son diarias, pueden involucrar tanto las laborales como las de esparcimiento en todo tipo de terreno. Hay una característica que se repite en todas las opciones que ofrecen la diferentes marcas: se necesita mucha capacidad y potencia, sin “considerar” como elemento indispensable que tenga una planta de poder que consuma poco combustible (o al menos por ahora). Y para ello necesitan de motores que aporten lo que requieren. Claro está que con el correr de estos tiempos, la eficiencia de los motores alternativos ha ido mejorando a fuerza de mucha tecnología desarrollada, pero el tamaño de semejante cilindrada debe ser “alimentada”. También es cierto que esta característica es compensada por la destreza que ofrecen estos productos.
Regresando al tema de reunión de esta nota, la Toyota Tundra 2022 adopta un diseño bién robusto, mostrando un frente totalmente renovado. En su trompa resalta la gran parrilla frontal de forma octogonal, que dependiendo de la versión puede tener un marco cromado o del color de la carrocería como es el caso de la que lleva la versión TRD Pro. Cuenta con unas ópticas de nuevo diseño ubicadas en forma horizontal y con tecnología Led, y justo por debajo unas tomas de aire rectangulares ubicadas en forma vertical. El gran capot adopta unas líneas que surgen de los extremos de la parrilla y que se extienden hacia el parabrisas, brindando volumen y conformando un área que resalta los hombros de los guardabarros delanteros. Lateralmente continúan las líneas de tensión que resaltan los guardabarros traseros, y encontramos una franja horizontal en bajo relieve en la parte inferior de las puertas que le imprimen un carácter de fortaleza, deportividad y además luce atractivo. Los pasarruedas portan unos plásticos protectores que aumentan aún más el volumen. Dado el tamaño de la doble cabina, la proporción de las puertas y de la superficie vidriada es considerable. Dependiendo de la versión, la caja de carga que ahora es de aluminio, dispone de 2 tamaños: para la doble cabina o para la versión denominada Crew Max. En su parte trasera, resaltan las ópticas tridimensionales con un formato rectangular colocadas en forma vertical; vemos un retrabajo de la tapa de la caja en toda la franja central de la misma, donde se aprecia una continuidad de las líneas de las ópticas que imprimen un volumen, resaltando el estampado sobre la chapa en bajo relieve con el nombre “TUNDRA” o “TRD Pro” según el caso. A su vez, el paragolpes fue replanteado y adaptado al nuevo estilo.
Dentro de la cabina predomina el espacio, un diseño más ergonómico y la utilización de materiales de muy buena calidad con acabados mejorados. Como es tradicional en estos casos, la habitabilidad es por demás amplia, con espacios bien repartidos para ubicar objetos distribuidos en diferentes lugares. El conductor tendrá en su posición de manejo un volante de nuevo diseño, con 4 rayos formando una “T”. En los brazos horizontales se encuentran todos los comandos para activar funciones de infoentretenimiento y de la configuración del tablero digital o analógico en su defecto, según la versión. La digital es de 12.3 pulgadas, mientras que la pantalla del infoentretenimiento puede ser de 8 o de 14 pulgadas, la cual cuenta con un nuevo sistema de infoentretenimiento de Toyota que mejora considerablemente su interacción, permitiendo conectividad en forma inalámbrica con Android Auto y con Apple CarPlay, con asistencia inteligente virtual y con datos de Google. En cuanto a los diferentes acabados, serán 6 las opciones: SR, SR5, Limited, Platinum, 1794 y el TRD Pro, los que de entrada presentan un equipamiento general bastante nutrido. En esta oportunidad se incorpora el sistema integrado de seguridad Toyota Safety Sense 2.5, actualizado y robustecido con más funciones de las ofrecidas hasta el momento. Incluye control de velocidad crucero accionado por radar dinámico, sistema de pre-colisión con detección de peatones y ciclistas, asistencia de dirección de emergencia, centrado de carril y alerta de salida de carril, luces altas automáticas, lector de señales de tránsito, alerta de tráfico trasero cruzado, monitor de punto ciego, entre otros. Respecto a las asistencias para tener un mejor control de los remolques que a partir de ahora pueden ser de hasta unos 5.443 kilogramos, el conductor dispone de un controlador de freno de remolque integrado junto con un monitor de punto ciego que tiene en cuenta la longitud del remolque que está arrastrando; cuenta con un monitor de vista panorámica, unos espejos de remolque que son eléctricos y extensibles, junto a unas luces de remolque integradas con tecnología LED. Todas estas ayudas tienen el apoyo de 2 funciones que son importantes a la hora de maniobrar para estacionar y al retroceder: éstas son la Straight Path Assist y la Trailer Back Guidance. Sin dudas, el conductor va a estar bién asistido a la hora de realizar un traslado y poder maniobrar con una carga de remolque, independientemente de la longitud y volumen de la misma.
En cuanto a las motorizaciones disponibles son dos: un V6 de 3.5 litros turbo asistido que entrega 394 CV y un torque de 649 Nm, y uno híbrido denominado i-Force Max que en conjunto con el motor eléctrico entregan 443 CV (326 Kw) y un poderoso par motor de 790 Nm. En esta última alternativa, el motor eléctrico que se encuentra ubicado entre el motor alternativo y la caja de cambios, está alimentado por una batería de hidruro metálico de níquel. Ambas alternativas motrices, van hermanadas por una caja automática de 10 marchas. Esta nueva camioneta utiliza una nueva plataforma, que es utilizada para hacer la nueva versión de la Toyota Land Cruiser. En particular, Toyota asegura un aumento en la rigidez torsional, recurriendo para ello a aceros de alta resistencia en la construcción de su chasis. Además, afirma que producto del reemplazo de las conocidas ballestas en la suspensión trasera por una suspensión multibrazo con resortes helicoidales, obtiene un mejor desempeño dinámico general y mayor estabilidad, además de comodidad con menor aspereza en el remolque de cargas. Como opción ofrece equipar una nueva suspensión neumática trasera con tres posibles configuraciones, o sino también una nueva suspensión variable adaptable.
Hasta acá podemos apreciar que Toyota alcanzó a desarrollar una pickup que se presenta como un rival muy interesante para batallar con las icónicas marcas americanas: Ford, General Motors y RAM. Pero deberá demostrarlo, y para eso deberemos esperar a comienzo del año entrante para saber como recibe el mercado a este producto que seguramente va a plantarles bandera de pelea.
