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La tercera generación del Mazda CX-5.

Después de muchos años de vida de la exitosa segunda generación del Mazda CX-5, la marca japonesa decide irrumpir en el competitivo segmento de los C-SUV´s compactos para ofrecer un producto aspiracional no sólo por los usuarios, sino también por el constante deseo de la empresa en ofrecer productos con un nivel de construcción que lo puedan catalogar como “Premium”.

Sin lugar a duda, este bonito C-SUV de Mazda conquistó a lo largo de su vida, un liderazgo en ventas respecto a sus hermanos SUV´s del portfolio nipón. También es cierto, que fueron muchos años desde aquel lanzamiento de la actual segunda generación allá por el 2.012, y que a lo largo de estos 13 años la marca ha venido implementando diferentes actualizaciones “cosméticas” para poder mantener vigente no solo su silueta, sino también la necesidad de ir incorporando tecnología que la demanda del público interesado en este segmento, requiere para poder tomar la más acertada decisión, para adquirir un vehículo moderno y sobretodo tecnológico. La historia del CX-5 arroja un resultado más que frondoso a nivel global, ya que superó con creces los 4.5 millones de unidades, sin descuidar la asombrosa marca de más de 1.6 millones de vehículos matriculados en EEUU. Por esto es considerado como el vehículo “estrella” de la marca entre sus hermanos. Es probable que la demora de esta nueva generación haya sido debido a que Mazda estaba concentrada en presentar a las nuevas propuestas que fueron muy bién recibidas por el mercado en determinados mercados, y me refiero puntualmente a sus nuevos tres SUV´s: el CX-50, el CX-70 y al CX-90.

Y bueno, ahora le tocaba el turno a este nuevo CX-5 que recibe un nuevo rediseño y más sofisticado en cuanto a su estilo, sin abandonar su identidad soportada mediante el concepto KODO, por el cual siempre fue reconocido. En líneas generales, sus rasgos son más refinados y adaptan la carrocería para disponer de un habitáculo más grande para hacer más placentera la estadía. Todo ello apuntando a sortear con creces las exigencias del mercado, cada vez más demandante. Si bien guarda cierta familiaridad con la generación actual, el primer impacto lo acusa en su aspecto frontal, donde se destaca la nueva parrilla denominada Signature Wing, y unas ópticas con un estilo y diseño más anguloso que se integran perfectamente con la traza del capot. Su paragolpes se rediseñó incorporando tomas de aire en la parte baja de mayor área frontal, mostrando un aspecto un poco más deportivo.

Su lateral está compuesto por áreas limpias, salvo su línea de tensión superior que tiene una transición moderada. Sus puertas traseras han sido modificadas con un mayor tamaño para mejorar el acceso al interior. Su parte trasera recibe muchas modificaciones, no sólo con las nuevas ópticas y su diseño interior, sino también en las transiciones de las áreas que dan mayor volumen. Nuevo paragolpes y terminación inferior.

En el habitáculo vamos a encontrar un cambio bastante importante, adoptando un enfoque que podríamos llamar más minimalista. Los trascendidos apuntan que la marca aseguró la incorporación de un totalmente nuevo diseño del tablero que incorpora una enorme pantalla central digital de 15.6 pulgadas (o de 12.9 pulgadas según la versión), sorprendiendo todos los pronósticos, pero con la salvedad que incorpora un sistema operativo integrado desarrollado por Google. Ésta es una gran novedad. El conductor se enfrentará a un volante de dirección totalmente nuevo que no contará con el logo de la marca sino con la inscripción del nombre “MAZDA”, y dispondrá de una pantalla digital de 10.25 pulgadas, abandonando el actual sistema analógico. Al referirme a la consola central y con el hecho de mencionar la descripción de “minimalista”, involucra la ausencia de perillas, ruedas y controles manuales, generando una superficie más limpia, pero con la necesidad de gestionar las órdenes de cambio de funciones por intermedio de la nueva interfaz digital.

También contará con un sistema de iluminación ambiental, con opción de varios colores, que se hace presente hasta en los paneles de las puertas delanteras. Las butacas delanteras fueron rediseñadas y son más ergonómicas. Para completar la ambientación, podrán contar con un techo panorámico que podrá abrirse, aumentando el confort de los pasajeros. Las medidas se incrementaron sensiblemente: su longitud total alcanza los 4.69 metros, su ancho los 1.86 y la altura se ubica entre los 1.69 y 1.7 metros, y al incrementarse la distancia entre ejes se refleja en una mejor habitabilidad para los pasajeros de la segunda fila, aumentando el espacio para sus piernas y para las personas más altas, para no tocar el techo con su cabeza. También aumenta la capacidad de carga en unos 61 litros.

Respecto a las plantas motrices, seguirá utilizando el conocido motor SkyActiv-G de cuatro cilindros y 2.5 litros, que entrega 189 CV de potencia y casi 251 Nm de torque, hermanado a una transmisión automática de seis velocidades y tracción integral de carácter estándar. Por supuesto que este grupo recibió una recalibración general para ejecutar una entrega de potencia con respuesta más precisa pero más suave a la vez, haciendo hincapié en una menor transición en los acoples de cambios de marcha. Curiosamente, en el Viejo Continente se ofrecerá un motor con una variante e-SkyActiv G de 2.5 litros con sistema mild-hybrid de 24V y freno regenerativo, aunque con menor potencia: 140 hp y 238 Nm de par.

Esta versión estará disponible ya sea con tracción delantera como integral, lo que evidencia un enfoque más centrado en la eficiencia que en las prestaciones. Por cierto, esta menor potencia que eroga esta opción apunta a cumplir con las estrictas regulaciones europeas para generar menor polución. Por último, y como novedad poco explicada y para ofrecer en un futuro cercano (2.027), Mazda está desarrollando una nueva versión híbrida integrada por un nuevo motor SkyActiv-Z, que ha sido diseñado para optimizar el rendimiento y disminuir el consumo de combustible. El inicio de la comercialización en EEUU de esta nueva generación apunta para fines de este 2.025 o con mayor seguridad a comienzo del 2.026.

A modo de cierre, deseo manifestar que Mazda tendrá que hacer equilibrio finito con los precios de venta para que convivan en un mismo mercado tanto el CX-5 como el CX-50, los que llevarán el mismo motor, pero se diferenciarán en el diseño exterior y en sus equipamientos. Esta encrucijada se desvelará el año que viene, y mientras tanto Mazda pone sobre el tapete un producto que dará que hablar, y que muchos seguirán con la mirada su refinada silueta al verlo circular.

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Alberto Mario Kuchen

Apasionado por los autos. Familiarmente vinculado a este maravilloso mundo y al de las carreras de autos: mi padre que corrió en la década de los años 60 con el seudónimo de Sandokán. Como Ingeniero Mecánico Aeronáutico, la tecnología en pos de la seguridad y la mejora continua, siempre llamó mi atención. Mi compromiso con ustedes para compartir e investigar en todo lo que viene.

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