Sabemos y no es ajeno a nuestros conocimientos, que los fabricantes de autos una vez que entregan una unidad nueva, recomiendan cumplir con un plan de mantenimiento, el cuál apunta a preservar “la salud del auto” en el tiempo, en excelentes condiciones. A tal efecto, el fabricante se respalda en un criterio técnico y conservador, para confeccionar un plan preventivo y progresivo, escalonado en bloques iguales y simultáneos de kilometraje, cuyo objetivo ulterior es el de mantener en el tiempo de la mejor forma todas las partes vitales del vehículo, conservando de esta manera la garantía de fábrica.
Aquí es importante destacar, que el plan propuesto involucra acciones preventivas de chequeo de sistemas y acciones correctivas, donde se reemplazan consumibles y repuestos necesarios, porque su vida útil está a punto de finalizar o caducó. Otro aspecto, es que a medida que se van realizando los bloques sucesivos, se van ampliando los ítems a chequear, considerando que hay servicios que son más profundos, y que están vinculados con reemplazos de piezas e insumos, que con anterioridad se chequean. A modo de ejemplo, menciono el cambio de lubricantes del sistema de transmisión, cambio de tensores y correas o cadenas de distribución, montantes de motor, amortiguadores, etc. Para concretar dicha tarea, los talleres autorizados cuentan con el Plan de Mantenimiento Preventivo generado por el fabricante del vehículo. Actualmente, dicho plan cuenta con un diagnóstico previo que resulta de conectar un software a la computadora del auto, donde el especialista puede visualizar una posible falla de algún sistema que esté vinculado a la misma. Este procedimiento agiliza la posible detección de una anomalía a subsanar.
Por otro carril, se realizan los chequeos preventivos (control de niveles y desgastes) y acciones correctivas (cambio de aceite y filtros) de todos los sistemas, incluídos algunos ítems vinculados con la corrosión estructural. Si vemos en perspectiva toda esta acción de mantenimiento, inexorablemente vamos a llegar a una conclusión que es altamente positiva. Entonces, si entendemos que este método ayuda a preservar nuestro capital, pese a la devaluación natural, es bueno entender que por ahí resulta más oneroso realizar el mantenimiento de esta forma, pero nos aseguramos que tenemos una garantía avalada por el fabricante. Es importante destacar, que la actual competencia comercial, y demanda por parte del usuario, presiona a que todo el sistema esté cada vez más profesionalizado. Es decir, que las empresas en su constante visión de optimizar resultados, imperiosamente necesitan tener una estructura de personal altamente capacitada.
De acá se desprende la preocupación de los directivos por cumplir con normas que están vinculadas con los mejores estándares de seguridad y calidad, lo que permite una mejora continua. Para cumplir con esta premisa que hoy es fundamental, todo el personal debe estar en constante capacitación, y no sólo es el técnico, sino también el administrativo y el comercial. Y de la mano de lo recién expresado, se puede apreciar que los empresarios entienden esta situación y lo plasman con una constante preparación de sus recursos humanos. Para saber llegar a los clientes propios y a futuros, deben cerrar el ciclo con una apropiada campaña de Servicio Post Venta. Saben perfectamente que lograr esta premisa, genera un clima de confianza con el usuario, y que no pasa a ser un cliente cautivo que compró una marca determinada de auto. Qué importante pasa a ser este aspecto, al cuál yo lo considero fundamental. Y asevero esto, ya que un propietario que se siente respaldado por una estructura que va a solucionar sus inconvenientes técnicos, con la seriedad y rapidez que se necesita, genera a la larga un vínculo extraordinario con la marca. Esa confianza genera empatía entre sus círculos íntimos que siempre comparan, tanto el rendimiento general del auto, como la respuesta que recibió como damnificado ante un eventual problema con el coche. Esto se sabe y es el mejor argumento para direccionar una futura compra.
Por lo pronto, nosotros los usuarios, siempre le vamos a demandar respuesta rápida y acorde, aparte de la confianza que se van a ganar cuando salgamos satisfechos de un concesionario. Cuando llegue el momento de evaluar qué me conviene hacer con relación a cómo debo conservar de la mejor forma posible lo que tanto esfuerzo me llevó conseguir, debo poner en la balanza no sólo la conveniencia económica, sino también la seguridad de tener un bien tan preciado por mí que se encuentra en óptimas condiciones que me brinda la seguridad de llevar a mi familia con total tranquilidad. Como siempre manifiesto, la decisión la toma el interesado sabiendo evaluar qué es lo más conveniente en función de sus propias necesidades.
