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Primer contacto con el Toyota bZ4x.

Probablemente las primeras impresiones siempre cuentan en la percepción personal y general de lo esperable de un producto nuevo, al margen que con el tiempo uno puede ir modificando su punto de vista; el hecho es que, si tenemos en cuenta que el vehículo en cuestión representa el comienzo de un camino hacia la locomoción totalmente eléctrica, mucho hay para decir, sobretodo siendo el primer vehículo de una serie de futuros modelos en diferentes segmentos.

De paso por Barcelona, quise tomar contacto directo con el bZ4X,el primer modelo eléctrico de la marca nipona que fue presentado oficialmente en octubre de 2021, empleando para su construcción una adaptación de la moderna plataforma que actualmente emplea la marca: la e-TNGA. Inicialmente sufrió algunas novedades de desenroscado de los bulones de fijación de algunas ruedas, y no en todos los autos. Pero la marca decidió retirar del mercado a toda la producción, incluso los vendidos, y no ofrecerlos nuevamente hasta solucionar ese “extraño inconveniente”; en unos meses, corrigió definitivamente ese error de diseño y salvó la situación adversa, retomando nuevamente la comercialización. En cuanto a sus dimensiones, podríamos asociarlas con las que tiene la RAV-4, aunque incorpora algunos centímetros más en cada cota: 9 más para alcanzar una longitud total de 4.69 metros, 1.86 de ancho, 1.65 de alto y una mayor distancia entre ejes: 2.85 metros, que resultan necesarios para alojar la batería eléctrica a lo largo de todo el piso de la cabina, otorgando un amplio y confortable interior.

Las opciones de motorizaciones son 2, ya que se puede adquirir con un motor en el eje delantero que entrega 204 CV, o con 2 motores, ubicando cada uno de ellos en cada eje, entregando en total unos 218 CV. En ambos casos, los motores van a ser alimentados con la misma batería de 71.4 Kwh de capacidad. El peso general de las versiones puede variar entre los 1.920 y los 2.005 kilogramos, considerando el segundo motor, y algo de equipamiento extra para la versión tope: la Style Plus. Si tengo que hacer algunas consideraciones generales respecto al desempeño dinámico, hay que tener en cuenta que es un SUV mediano, con un carácter de uso familiar, silencioso en su rodadura dentro de las velocidades permitidas, y con una propuesta más que razonable para salir a la ruta a hacer kilómetros. Entonces, el equilibrio que buscó Toyota es acertado: desempeño ágil, cómodo no sólo en las plazas delanteras, sino también en las traseras, potencia acorde con el desempeño que se requiere para un vehículo de 2 toneladas, y con la particularidad de tener una aceleración o recuperación en sobrepasos suficientes y contundentes: la versión de 204 CV con 1 motor acelera de 0 a 100 km/h en 7.5 segundos, y la versión con 218 CV emplea 6.9 segundos. La autonomía está directamente relacionada con nuestro estilo de manejo, la temperatura exterior y la orografía, pero las homologaciones oficiales auguran entre los 470 y 506 kilómetros según la versión. Está claro que el estilo es determinante, sobretodo en condiciones ideales: los promedios conservadores arrojan un consumo que puede ir desde los 14.3 Kwh en adelante, cifra que es considerada bastante buena por ser un SUV mediano y por su peso. Respecto a la capacidad de reposto de energía eléctrica, lo puede hacer con corriente alterna (la domiciliaria) con una capacidad de hasta 11 Kilovatios, y con una potencia admisible de hasta 150 Kilovatios para corriente continua (los cargadores de la vía pública).

La vista exterior del bZ4X nos recuerda rasgos de la RAV-4, pero su parte frontal es muy llamativa, ya que no tiene la característica parrilla que se utiliza para refrigerar el motor alternativo y los distintos sistemas que van en el vano, sino que tiene un gran paragolpes de plástico con unas ópticas finas y alargadas, del tipo rasgadas, con una toma de aire horizontal de tipo trapezoidal y alargada en su zona baja, flanqueada por unas tomas verticales que permiten la circulación del aire y reducen el efecto aerodinámico en la zona de las ruedas. En su guardabarros delantero izquierdo (del lado del conductor), encontramos la tapa donde se encuentran las tomas de carga de la batería. En líneas generales, en su diseño podemos encontrar unas líneas de tensión que van marcando todo su recorrido, como así también resaltando el volumen de los guardabarros, hecho que remarca su carácter personal. Podemos tener dimensiones de ruedas que van desde las 18 hasta las 21 pulgadas, dependiendo de la versión.

Pasando al habitáculo, el ambiente cambia por completo, desde la posición y postura del conductor, hasta el diseño ergonómico de la butaca, las pantallas, el acceso a las funciones y el diseño del tablero general y de la consola. Como fue concebido su diseño desde el inicio, la configuración del piso del habitáculo es plana, con la ventaja de no incomodar la posición de un pasajero central. Y si hay un tema del que sin dudas hubo posturas controvertidas, fue respecto a la ubicación del tablero de instrumentos de 7 pulgadas que se ubica en una posición más alejada del conductor, más próxima al parabrisas, por encima del volante de dirección de diámetro más pequeño, y por debajo de la línea de visualización del capot. Al ser de una concepción diferente a lo que estamos acostumbrados, al principio siempre hay resistencia al cambio. Pero cuenta con un aspecto que hay que resaltar: la mirada del conductor debe desviarse mínimamente, ya que los datos que se requieren chequear mientras uno conduce (como puede ser la velocidad, nivel de carga o autonomía restante, luces de giro, hora), están prácticamente en la misma dirección y sólo un poco más bajo; mientras que, en la posición habitual, el desvío de la mirada es mayor, y esto cuenta a la hora de la seguridad. Esta nueva configuración fue comparada por su semejanza con la del i-cockpit de Peugeot, pero en realidad desde mi punto de vista está un poco mejor resuelta.

En honor a la verdad, la calibración y posición de la butaca del conductor es totalmente adaptable a las diferentes alturas de los conductores para poder encontrar la visibilidad más completa de los datos que ofrece el tablero de instrumentos, pero quizás los más altos gozan de cierto beneficio respecto a los de menor altura. En todos los casos, en el momento de encontrar la posición más acorde, el conductor deberá ubicar los brazos en una postura nueva, donde las manos toman al volante un poco más bajo de lo que estamos acostumbrados. También es cierto, que el período de adaptación para la nueva postura lleva poco tiempo, pero es algo por lo que se debe transitar. Un aspecto importante que Toyota implementó es la vinculación del volante de dirección a la caja de dirección de accionamiento eléctrica mediante el sistema “Drive by wire”, eliminando los tramos de vinculación mecánica. La consola central es ancha y cuenta con la presencia del no muy querido plástico negro brillante, mostrando una superficie más “limpia”. Agrupa las teclas de varios comandos y reemplaza a la tradicional palanca de cambios por una rueda giratoria, que se acciona presionando descendentemente y luego se gira a ambos lados de la posición neutral, para el retroceso a la izquierda, o hacia la derecha para el avance en directa del vehículo. Justo por encima encontramos las salidas de los aireadores, luego una placa rectangular que agrupa unos comandos digitales de accionamiento táctil de la climatización, y por encima la pantalla digital táctil de 12.3 pulgadas que gobierna el infoentretenimiento. El software que incorpora Toyota en esta oportunidad es moderno, con una presentación de gráficos más a la altura de los acontecimientos, más rápido de respuesta y ágil, resultando bastante sencillo de operar. El infoentretenimiento está conectado a la red, con el beneficio de tener información de tráfico en tiempo real. La cartografía del navegador la encontramos en la nube, y ofrece la ubicación de puntos de recarga más próximos. Otra ventaja incorporada, es que las actualizaciones de software se pueden recibir vía internet, sin la necesidad de acudir a un concesionario para tal fin. Toyota asegura que el asistente de voz ha sido mejorado respecto a la comprensión de la recepción de órdenes y ejecución de tareas, teniendo injerencia en la modificación de la climatización, el accionamiento del limpiaparabrisas y sobre el sistema de infoentretenimiento.

Como mencioné al comienzo, la habitabilidad es enorme; sin embargo, cuenta con un maletero de tan solo 452 litros respecto a los 580 del RAV-4, que por cierto es de volumen ajustado para el segmento y la característica que es de uso familiar.

En cuanto a los sistemas que aportan seguridad a este bZ4X, recibe la tercera generación del Toyota Safety Sense (TSS), mejorando el sistema de pre-colisión de los vehículos que vienen circulando en el sentido contrario e invaden el carril propio de circulación; suprime la aceleración a baja velocidad y además proporciona asistencia en las frenadas consideradas de emergencia. Bueno, para cerrar esta nota, y de la cual rescato que fue una experiencia muy buena, quiero destacar que en lo particular disponía de mucha información aportada por diferentes medios y pruebas en tiempo real, permitiéndome hacerme una idea bastante aproximada del producto con el que iba a tomar contacto.

En resumen, mi primera impresión fue buena, corroborando que estaba ante un vehículo evolucionado y moderno, con los acabados de terminación y materiales empleados a los que Toyota nos tiene acostumbrados. Quizás la única pega con la que los interesados por el bZ4X puedan objetar algún tema, es respecto a la ubicación del tablero de instrumentos y la del volante de dirección. Pero es probable que, con futuras actualizaciones, la marca aporte alguna alternativa a esta situación, y que de hecho ya la tiene, como es el caso del volante que ofrece en el Lexus RZ 450e con forma más rectangular (tipo avión pequeño). Otra posibilidad sería la de “aplanar los extremos superior e inferior del volante, lo que permitiría tener una mejor visibilidad de la pantalla de 7 pulgadas al momento de conducir en línea recta y querer chequear los datos.Me resta mencionar, que Toyota pone sobre la mesa una evolución de su portfolio que irá complementando en estos años con una gama completa de vehículos totalmente eléctricos que pertenecen a la familia bZ, y seguramente su nuevo ADN estilístico irá conquistando el corazón de aquellos que se resisten a este cambio de motorización.

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Alberto Mario Kuchen

Apasionado por los autos. Familiarmente vinculado a este maravilloso mundo y al de las carreras de autos: mi padre que corrió en la década de los años 60 con el seudónimo de Sandokán. Como Ingeniero Mecánico Aeronáutico, la tecnología en pos de la seguridad y la mejora continua, siempre llamó mi atención. Mi compromiso con ustedes para compartir e investigar en todo lo que viene.

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