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Tipos de cajas de velocidades.

Si queremos tener una somera idea de cómo se va a comportar un vehículo, más allá del motor, debemos considerar el rendimiento y la efectividad de una caja de velocidades.

Mucho se dice de las cajas de velocidades, no sólo por la variedad que existen, sino del rendimiento en general que tienen, tanto en lo que respecta al confort, al mantenimiento, a la durabilidad y a la complejidad. Pero una vez que entrás al mundo de las automáticas, no querés salir. Y como un acto reflejo, ante las dudas que se van planteando, siempre recurrimos a los especialistas que les realizan mantenimiento, y los llenamos de preguntas para ver si nos conviene o no tener un determinado tipo de transmisión. Si bien es cierto que ellos están en permanente contacto con las mismas y se enteran de bondades y falencias, es bueno tener en mente cómo funcionan y se diferencian entre ellas, para poder decidir si salto a otro auto con otro tipo de transmisión. Y para salir de dudas y comprobar la sugerencia que se nos dá, “siempre” hay que solicitar una prueba de manejo con un test drive para ver si nos sentimos cómodos con el desenvolvimiento del conjunto motor – caja. Dicho esto, voy a describir brevemente las diferentes transmisiones para ilustrarnos. Hay una simple clasificación que involucra a 2 tipos: las manuales, y las automáticas.

Las primeras tienen la particularidad que son accionadas por medio de un embrague, que es accionado por el conductor a través de un pedal.  Con relación al número de velocidades, fueron evolucionando de tener desde 3 marchas, hasta las actuales que poseen hasta 6 más la de retroceso. El uso y adaptación del número de cambios, siempre se corresponden con la potencia del motor. Y el fabricante va a jugar con las relaciones (cortas o largas) para lograr una optimización.

Las automáticas son cajas que accionan por sí solas las diferentes marchas según las necesidades de las distintas situaciones a las que se encuentra el auto. Y su accionamiento es determinado por la interacción de diferentes parámetros: posición del acelerador, velocidad del vehículo, RPM del motor, aplicación del freno, entre otros parámetros.

Todas tienen pros y contras. Dentro de lo más destacado se encuentra la comodidad y la sencillez en la conducción. Con relación al consumo, hay observaciones encontradas. Pero algunas modernas han logrado superar a las mecánicas . Hay unas pequeñas críticas que tienen que ver con el cuidado y mantenimiento, y los que se resisten por convencimiento propio, argumentando que son menos prácticas para ir más rápido, y dentro del deleite del manejo, son menos prácticas para frenar con la caja. Como se puede apreciar, hay para todos los gustos: confortables, citadinos y deportivos. En el mercado actualmente se encuentran desarrolladas 4 diferentes tipos de transmisiones automáticas: De doble embrague, con convertidor de par y por variador continuo (CVT).

Las robotizadas son producto de una combinación entre las mecánicas y las automáticas. Porque si bien el conductor no interviene directamente en el accionamiento de un pedal de embrague, la transmisión posee uno interno manejado electrónicamente.

Las de doble embrague son consideradas como las de mejor desempeño. Y una característica es la rapidez con la que se suceden los cambios. Esto es como consecuencia que cuando se engrana una determinada marcha con un embrague, el otro pone automáticamente en posición la próxima marcha. Este movimiento es rápido y suave. Actualmente son desarrolladas hasta con 8 marchas más el retroceso.

La transmisión por convertidor de par es muy confiable y robusta, y cuentan con una experiencia anterior a la de doble embrague. Son las tradicionales. Las han desarrollado actualmente hasta con 9 marchas, y logran con bajas relaciones de marchas, consumos muy contenidos. Los cambios de marcha no son tan rápidos, pero son igual de eficientes. Pese a esa diferencia, actualmente son muy usadas.

Por último, el cambio por variación continua entrega un tipo de manejo particular, buscando siempre las RPM óptimas del motor. Genera una sensación particular al acelerar bruscamente, donde las vueltas del motor parecen elevarse y quedarse “eternamente” hasta lograr su equilibrio. Su trabajo busca constantemente las RPM óptimas, logrando consumos apropiados.

Como se darán cuenta, hay para todos los gustos. Algunas personas exquisitas se inclinarán por un tipo particular de desarrollo de la transmisión. Pero también habrá otros que sólo buscan la comodidad y el confort. La pregunta que sigue: ¿Por cuál te inclinarías vos?

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Alberto Mario Kuchen

Apasionado por los autos. Familiarmente vinculado a este maravilloso mundo y al de las carreras de autos: mi padre que corrió en la década de los años 60 con el seudónimo de Sandokán. Como Ingeniero Mecánico Aeronáutico, la tecnología en pos de la seguridad y la mejora continua, siempre llamó mi atención. Mi compromiso con ustedes para compartir e investigar en todo lo que viene.

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