Con qué proyección se ven los motores petroleros y gasolineros.

Nadie está ajeno a que la historia del mundo automotriz está atravesando una transición o camino hacia la electrificación del medio. Pero lo que ocurre a diario, mientras transcurren un montón de eventos y transformaciones, está justamente la interpretación y estrategia que ven las grandes empresas para el corto, mediano y largo plazo. Este detalle, que por supuesto no es menor, involucra la toma de decisiones a gran escala. Y como lo venimos mencionando desde hace un tiempo a la fecha, la orientación gubernamental es hacia el incentivo de la tecnología “verde” no contaminante.

Dicha esta consideración, tampoco estamos ajenos a las secuelas que dejaron los acontecimientos ocurridos hace unos años, y que dejó en dudas la verdadera eficiencia de los motores de combustión interna, al alterar procedimientos para obtener registros de contaminación menos contundentes que los reales. Esta situación obligó a rever algunas estrategias que culminó en decisiones a gran escala, pudiendo ver en el presente algunos hechos de público conocimiento como lo son las versiones tanto híbridas como eléctricas en todas las marcas que producen vehículos. Sin embargo, en el mientras tanto y a medida que el mercado mundial toma conciencia y se vuelca a la compra de autos con estas nuevas tecnologías, se convive con lo tradicional. Y una de las preguntas que están en el aire, consumiendo dudas e incógnitas, es hasta cuándo se van a utilizar estos motores de combustión interna. Por supuesto que hay que entender que la transición se va a prolongar en función de algunos puntos a tener en cuenta, como lo son: los incentivos para la compra y las políticas gubernamentales, exigencias e inversiones afines para apoyar esta decisión estratégica. Claro está que algunas marcas entienden que debe existir un equilibrio en la toma de decisiones, ya que al menos para la hibridación, se necesitan motores tradicionales que integren el equipo propulsor. Y también son conscientes que los gobiernos van a exigir aún más en el desarrollo de tecnologías tendientes a que estos motores contaminen cada vez menos hasta lograr su “extinción”. Este motivo termina siendo el más importante para la toma de decisiones en futuras inversiones para mejorar aún más la eficiencia en el consumo de combustible no renovable y por supuesto, que polucione en menor cantidad.

Con respecto a este enfoque, algunas marcas muestran y explican el camino elegido, y otras lo van develando en el transcurso de los acontecimientos. Un ejemplo de las que tratan de ir explicando su rumbo, es BMW por intermedio de algunas consideraciones que dejó planteadas su Director Técnico Klaus Froelich, en conversación con el medio “Automotive News”, quién permitió vislumbrar algunas incógnitas con respecto a la vida útil que la marca le asigna a sus plantas motrices tanto gasolineras como petroleras. Lo que dejó claro es que más allá de la necesidad de éstos en el uso junto a la hibridación, para el hecho de usarlos en forma tradicional la marca avisora un futuro extendido, ya que para los cuestionados petroleros consideran hasta casi 2 décadas de vida útil, y 1 década más para los gasolineros. Es decir, podríamos augurar una vida hasta el 2.040 y 2.050 respectivamente. Pero ojo que esta luz verde no es en forma indiscriminada, ya que lo importante en este punto pasa por la practicidad y la rentabilidad. Esto trae de la mano una explicación práctica y sencilla: tanto los motores de muy pequeña y de muy grande cilindrada, quedarían en el camino en no mucho tiempo, ya que para sobrevivir a esta situación, el hecho de realizar inversiones considerables para lograr cada vez una mayor eficiencia y menor contaminación exigidas en las regulaciones y normativas estatales, deberían ir de la mano con la demanda de los usuarios. Por lo tanto, lamentablemente los extremos van a ir quedando en el camino.

Por cierto, este comentario es alentador para los que desean tener contacto aún con los motores de combustión interna, ya que si bien a lo largo del tiempo los costos para la fabricación de los totalmente eléctricos van a ir disminuyendo, los años por venir dirán como se va a dar este desenlace. Aparte, es para destacar que la empresa BMW tiene previsto presentar en sociedad unos 25 autos tanto híbridos como eléctricos para el 2.023. Esto que parece una contradicción, tiene su explicación lógica ya que realizando una proyección de un futuro aumento en la producción de unidades de este tipo, la mayor producción se va a ver reflejada con el transcurso de los años, pero en el mientras tanto hay que convivir con lo tradicional. Pese a que no se tiene información de otras marcas, es razonable pronosticar un futuro parecido o similar, dado que la transición no va a ser tan corta, y la mayor presencia de eléctricos va a estar muy marcada por la baja de costos en la fabricación como en las inversiones logísticas para abastecer de energía a éstos.

El panorama es bastante alentador ya que todas las empresas han tomado conciencia de la necesidad de inversión en el desarrollo de las tecnologías eléctricas aplicables a los autos, pero también es inevitable afrontar esta transición compartiendo tecnologías que van a requerir de un exhaustivo control gubernamental que apunta a una mayor eficiencia y menor contaminación ambiental.