Nissan acaba de presentar su pickup mediana más extrema: La Frontier Pro-4X Warrior.

Últimamente no es una novedad para nuestra región, que muchas personas han optado por las pickups para que se convierta en el único vehículo de movilidad tanto laboral como familiar, porque entendieron que con la compra de ese “paquete” de aptitudes adquieren un combo de capacidades que en ningún otro vehículo pueden obtener. El aceptar este desafío, genera un cambio de estilo de manejo en la ciudad, pero cuando se pisa terreno fuera de los ejidos, empieza el disfrute expresado en diferentes formas. Se puede entender que se pierde el miedo por incursionar terrenos que son inaccesibles para el resto de los vehículos: disponen de altura, gran recorrido de amortiguadores y facilidad para afrontar desafíos no apreciados hasta ese momento. Pero hasta acá podemos incorporar a una mayoría de usuarios que buscan practicidad y aventura. Sin embargo, hay una porción pequeña de personas que necesitan algo más de lo mencionado: requiere aventura un poco más extrema, e incluso diversión, pero con alto rendimiento y velocidad en terrenos propicios para aprovechar con una configuración muy especial del conjunto motriz y de suspensión. Para este apartado, las marcas ofrecen un tipo de producto un poco particular, adaptando estructuralmente sus chasis, con modificaciones particulares en la suspensión; a veces con más pimienta, un motor y caja específicos adaptados para un off-road más intenso. Bueno, llegó la hora de especificar lo que nos ofrece Nissan con su Frontier PRO-4X Warrior.

Esta versión especial de la casa japonesa, fue presentada hace pocos días en Australia, un país con una preferencia por las pickups en general, pero con una historia particular respecto a las de preparación extremo, como lo es el mercado de EEUU. Debemos aceptar que el desarrollo del producto parte de la base de la pickup Frontier (o Navara, dependiendo el nombre del mercado donde se comercialice) que todos conocemos, pero se retrabajó en muchos aspectos que hacen particular a este modelo. Mas allá de lo estético, donde sin dudas el look con el que son presentadas, las posiciona con una perspectiva más agresiva y con elementos que la hacen más musculosas, luciendo más elevadas y “listas” para encarar un off-road mucho más intrépido. Pero claro, dicho de esta manera, es como si maquillo un producto: pero en realidad, la empresa Premcar que se especializa en “extremar” capacidades y resaltar virtudes de un producto de este tipo, puso su sello imprimiendo una imagen muy particular. Para obtener ese efecto, retrabajo estéticamente en su frente, conservando la gran parrilla de prominente marco periférico, pero diseñando un paragolpes especial, más robusto, muy anguloso y más pequeño, pero con un chapón bajo protector del carter del motor que presenta un ángulo de ataque muy considerable para permitir embestidas en situaciones de lomadas o salidas de ellas sin que toque el morro con el piso: unos 36°, mientras que la zaga cuenta con un ángulo de salida de 19°. En el paragolpes adapta una nueva posición de faros busca huellas, junto con una barra de Led horizontal ubicada justo debajo de la gran parrilla, facilitando la visión para aquellas oportunidades donde la travesía se prolonga durante la noche. En armonía con el estilo, se necesitaba presentar un frontal más ancho, para lo cual se le adaptaron unos pasarruedas de plástico en color negro. También encontramos unos estribos laterales para ingresar al habitáculo dada la nueva altura a la que se tararon las suspensiones y a la elección de unos neumáticos todoterreno de 32 pulgadas (unos Cooper Discoverer All Terrain AT3) con diámetro de 17 pulgadas, muy acorde con el uso al que está preparada para operar.  Su caja de carga luce una barra específica en negro que encaja perfectamente en su vista lateral.

En cuanto a la suspensión, los ingenieros se decidieron por unos resortes y amortiguadores especiales más robustos que los de serie, aumentando el despeje del suelo hasta llegar a los 26 centímetros. Los refuerzos se hicieron por debajo del piso también, y para proteger la caja de transferencia y la transmisión, se colocaron unas protecciones de acero para evitar roturas ante impactos. Respecto a su planta motriz, Nissan decidió conservar el conocido motor turbodiésel de cuatro cilindros dCi de 2.3 litros, con 190 CV y un torque de 45.8 kgm. Puede ir hermanado con una caja automática de 7 marchas o con una caja manual de 6 marchas, en ambos casos con tracción a las 4 ruedas. También va a conservar aspectos tecnológicos ofrecidos en las pickups más equipadas de serie, contando entonces con el paquete de asistencias a la conducción con el frenado autónomo de emergencia y la alerta de colisión frontal; alerta de cambio de carril, detector de ángulo ciego y de tráfico cruzado trasero, muy importante a la hora de retroceder con estos vehículos de porte. Desde la pantalla central, dispondrá del sistema de visión de 360° con función off-road, elemento muy necesario también a la hora de transitar recorridos difíciles con poca visibilidad dada la altura del vehículo. Bueno, quizás por el momento deberemos esperar el ingreso de esta versión en nuestra región, pero cuando lo haga, su objetivo está bien definido: apuntar a la Ford Ranger Raptor, a la Toyota Hilux GR-Sport y también a la futura Chevrolet S-10 Z71. El reto está sobre la mesa, asi que cuando llegue el momento habrá que decidir.