Desde siempre, esta marca nos asombra con su dedicado esmero por la constante superación de sus productos, en un nivel que normalmente nos llegamos a preguntar hasta dónde puede llegar. Y la respuesta es la misma: la evolución nos permite ofrecer un vehículo en constante superación, mostrando su fervor para actualizar sus productos y llevarlos cada vez más alto en su noble objetivo por mostrar a su ícono como una representación acabada del esfuerzo tecnológico teutón, materializando avances en sofisticadas actualizaciones no sólo en lo referente a lo estético, sino que apoya su investigación y desarrollo en la tecnología que le permite acceder a lugares que para nosotros nos resultaría un poco difíciles de imaginar: siempre ofrecen algo nuevo. Y como lo ha hecho con el resto de sus autos que integran su portfolio, ahora le tocó el turno al 911 para incorporar tecnología de electrificación.
Pero no se trata de un coche que su corazón es totalmente eléctrico. Por el contrario, su resistencia es ostensible. Y para aquellos que nunca se imaginaban este tránsito hacia el camino vinculado con “algo” de electrificación, les comento que en esta oportunidad Porsche presenta un nuevo y sofisticado sistema híbrido. Por lo pronto, en lo estético presenta algunas novedades que pueden apreciarse a simple vista y que lo diferencian de lo ya conocido: su parte frontal ha sido rediseñada haciendo hincapié en el sector de su trompa en su parte baja y lateral, ya que incorpora en sus entradas de aire que ahora son más grandes, una serie de ventilas de forma rectangular y colocadas en forma vertical, que tienen la particularidad de oscilar sobre su eje, permitiendo el cerrado total o apertura para el ingreso del aire, cuyo objetivo es el de refrigerar los radiadores ubicados por detrás de este sistema: las denominan cortinas activas. Esta nueva función es “on-demand”, por lo tanto, puede mejorar la circulación del flujo de aire con la consecuente modificación del coeficiente aerodinámico. Otra modificación y que no está a la vista, es la ubicación del radar del sistema de asistencia a la conducción que se encuentra justo por delante de la toma de aire central, debajo de la matrícula identificatoria del auto. Y para terminar con el sector delantero, cabe mencionar el rediseño interior de las ópticas, incorporando tecnología Matrix Led con la ya conocida firma luminosa de los 4 cubitos luminosos.
En su perfil detectamos un nuevo diseño de sus llantas de aleación, como es tradicional en cada actualización de los modelos. Y en su zaga, lo más relevante es el nuevo diseño del paragolpes con una nueva ubicación de la placa identificatoria, ahora un poco más arriba de lo habitual, para destacar la presencia y la forma de las salidas de escape junto a su difusor bajo. Completa la vista, un nuevo diseño de las ópticas traseras envolventes que cubren todo el ancho.
Pasando a su habitáculo, las modificaciones a simple vista son más sutiles, pero a la vez emparentadas con las de su hermano el Taycan. Su volante de dirección ha sido rediseñado, y su tablero general recibe una pantalla digital de instrumentos de 12.6 pulgadas, con forma ligeramente curva y que es configurable por el conductor. A su lado derecho, encontramos una pantalla digital y táctil de 10.9 pulgadas para el sistema de multimedia que cuenta con más opciones de conectividad. La actualización llega también respecto a la característica llave de presencia en lugar de la tradicional llave que se insertaba en su costado izquierdo, encontrando ahora en su reemplazo, un nuevo botón de arranque del motor: hay cosas tradicionales que se adaptan a lo moderno, independientemente del gusto o predilección de alguno de nosotros. Respecto a los conocidos “pequeños” asientos traseros, ahora ya no están disponibles de serie, sino que son ofrecidos como opcionales.
Bueno, llegó la hora de presentarles la novedad más relevante de este nuevo 992.2: la novedad de hibridación en su parte mecánica. Al momento de esta nueva presentación, Porsche determinó que esta innovación la aplicaba sólo a la versión GTS con tracción trasera o integral, y sólo en las configuraciones Targa o Coupé. Mientras que, en la versión de entrada de gama, o sea el Carrera 911, al momento lleva la configuración tradicional con algunos cambios.
En el primer caso, Porsche estrena la tecnología que denomina T-Hybrid, que involucra al tradicional motor bóxer de 6 cilindros con la cilindrada de 3.6 litros que es asistido por un motor eléctrico que va integrado a la transmisión PDK de doble embrague de 8 velocidades, junto con un turbo eléctrico que en conjunto desarrollan 541 CV y un torque considerable de 610 Nm. El motor eléctrico es alimentado por una batería que tiene una capacidad de 1.9 Kwh que se recarga mediante el frenado regenerativo o con el motor de combustión. Sin dudas, esta alternativa híbrida le entrega la capacidad de una reacción prácticamente inmediata a la hora de la aceleración, sin detectar ese pequeño retardo en la reacción al pisar fuerte el acelerador y al adecuar electrónicamente el cambio necesario para salir disparado. A su vez, la hibridación implementada junto con la presencia del turbo de accionamiento eléctrico, le facilita alcanzar un mejor registro en la aceleración; además, la marca menciona que la aplicación de esta nueva tecnología T-Hybrid, permite alcanzar una leve mejora en contaminación de CO2.
Por último, he de mencionar que la versión más accesible hecha mano al motor bóxer de 6 cilindros y de 3.0 litros de cilindrada, asistido por 2 turbos y el intercooler que utiliza Porsche en el motor del 911 Turbo. Va acoplado a la tradicional PDK de 8 marchas y entrega 394 CV y 450 Nm de torque. En esta oportunidad, se ofrece solamente con tracción trasera. Por supuesto, que más adelante se podría contar con más versiones que engrosarían el portfolio de la marca, llevando aún más lejos las variantes a ofrecer.
Está claro que la capacidad de asombro hacia los avances que nos va presentando la marca, es probable que nunca encuentren un límite, y por tal motivo debemos esperar un nuevo corrimiento de descubrimientos tecnológicos que vuelvan a dejarnos con la idea que no existe “tal límite”, y menos para el asombro.
