El sólo hecho de sentarnos al volante y poner el auto en marcha, inconscientemente descansamos en la seguridad que nos brinda “nuestra máquina”. Como bién dije, automatizamos muchos movimientos y damos por sentado que todo funciona a la perfección. Y también es común en nuestra percepción, dar por sentado que “cuando haya un problema, ya me voy a dar cuenta”. Este tipo de actitud, puede generarnos más inconvenientes que si optamos por una actitud más preventiva. Y usted me va a decir, “porqué debería estar tan pendiente”. Bueno, hay muchas razones. Y sobretodo las vinculadas con la seguridad vial y lo concerniente a la de su familia. Nunca pierda esta mirada. Si me permiten, voy a sugerir unos temas que considero muy importantes y que son de exclusiva responsabilidad de quien maneja. Podría referirme a generar una pequeña costumbre, que terminaría siendo un hábito, que va a redundar únicamente en beneficios. Los vehículos modernos tienen sistemas que nos avisan cuando hay niveles de líquidos que están próximos al nivel mínimo permitido. Pero nunca está demás chequear cada tanto los mismos, ya que nos lleva unos pocos minutos antes de iniciar la puesta en marcha y nos vamos seguros.
Pero hay un elemento muy importante en la seguridad, aparte de los frenos, y que son los neumáticos que equipa nuestro vehículo. Ambos en su conjunto, nos permiten maniobrar y frenar cuando lo necesitamos. Entonces, si es importante, la pregunta que me hago y les formulo: porqué no prestarle atención a su estado general, ya que es el elemento que nos vincula directamente con el piso, y es el que nos va a permitir tener el control total del auto?. Efectivamente, es el elemento vinculante con el terreno, y el necesario para descansar nuestra seguridad en la efectividad del mismo. Planteado de esta manera, los invito a que nos hagamos el hábito de prestarle atención a este elemento vinculante que termina siendo de vital importancia para nuestra seguridad individual y familiar.
A modo de consejo, sería muy bueno autogenerarnos dos costumbres que no llevan mucho tiempo, y que nos permiten visualizar con antelación futuros inconvenientes. Uno consiste en un chequeo visual diario antes de subirnos al auto, y que con sólo mirar y comparar la altura del talón de los neumáticos, nos vamos a dar cuenta si alguno de los cuatro tiene menos presión con respecto al resto. Y esto se puede comprobar cada vez que nos acercamos antes de subirnos. Y otro muy importante, es el de controlar periódicamente la presión de ellos. Con respecto a este ítem, cabe recordar que el fabricante del automóvil establece claramente cuál es el inflado correcto que debe llevar en función de la carga a la que es sometido.
Con respecto a este tema, el manual del fabricante recomienda una cierta periodicidad de control (al menos una vez al mes), y que por supuesto, nosotros no realizamos salvo que suframos un pinchazo y al ser reparado, hacemos controlar al resto para equiparar. Pueden apreciar que estas dos recomendaciones son rápidas de realizar. Entonces qué mejor que estar tranquilos y descansar en la seguridad que nos brindan.
