Este vehículo cuya producción se lleva a cabo en Brasil, al menos las que se comercializan en esta región, cuando esta décima generación salió a la venta, Honda presentó un modelo bastante revolucionario con respecto a su generación anterior, con un diseño más jugado, deportivo y atractivo. Sus líneas en general le dan un aspecto más moderno. Pero justo en ese momento, la empresa incorpora como opción un motor alternativo con sobrealimentación, pudiendo llevar caja manual de 6 velocidades y caja automática del tipo CVT. Partiendo de esa base, hoy presenta una variedad de versiones que como siempre aclaro, depende del país donde se comercialice, no sólo el arsenal de equipamiento, sino también los diferentes motores y cajas a emplear. En líneas generales, no vamos a encontrar muchas modificaciones estéticas: por el contrario, son escasas las pequeñas variantes que vamos a resaltar y que se encuentran en el frontal del auto. Siguiendo los pasos de lo que aconteció en EEUU cuando hizo este facelift en el 2018, encontramos retoques en la parte inferior del parachoques con apliques cromados que resaltan los contornos, manteniendo la terminación de plásticos en negro brillante. Y como es normal en estos casos, se observan otros aros de aleación con diseño diferente y emplea un tono de pintura gris grafito que quedan de maravillas.
Puertas adentro modificaron algunos revestimientos de material ecológico. Pero sí hay aportes en el equipamiento, ya que algunos sistemas son incorporados desde la entrada de gama, como lo es el sistema de presión de neumáticos, que es muy importante para preservar la vida útil de éstos y la seguridad de manejo. Con relación al equipamiento que se va incorporando en función de la versión, podemos citar al sistema de encendido automático de luces en función del oscurecimiento ambiental, la central de multimedia que viene con una pantalla digital de 7 pulgadas, y que por suerte viene con la compatibilidad de ambos sistemas operativos: Apple CarPlay y Android Auto. También puede incorporar al espejo retrovisor del tipo electro cromático y un equipo de audio que cuenta con 8 bocinas. En otra versión superior viene el sensor de lluvia, llave presencial y arranque por botón y las prácticas salidas de aire acondicionado para las plazas traseras. Y en el tope de gama suma el cargador inalámbrico, regulación eléctrica en la butaca del conductor y un sistema de audio premium. Como podemos darnos cuenta, después del detalle de equipamiento que cité queda al descubierto que por el momento Honda decidió no ofrecer ni siquiera en la versión tope de gama, ningún sistema para asistir a la conducción que ya lo tiene desarrollado y que utiliza en otros modelos. Éste se denomina Honda Sensing y tiene muchas funciones que ayudan a la seguridad sobre todo en los tráficos densos de las ciudades, como por ejemplo: frenado autónomo de emergencia, alerta de cambio involuntario de carril, alerta de tráfico cruzado, punto ciego, etc. Sin dudas este paquete posicionaría en forma diferente al vehículo.
Ahora le toca el turno a las plantas motrices: conserva los conocidos 2.0 i-VTEC que entrega 154 CV y el 1.5 litros i-VTEC sobrealimentado que eroga 173 CV. La diferencia con el modelo anterior, es que ya no se va a ofrecer más la caja de cambios manual de 6 marchas, equipándose únicamente la caja automática CVT con 7 marchas que son simuladas.
Siempre es bueno poder contar con la posibilidad de disfrutar de actualizaciones de modelos para que estén a la altura de las exigencias de los consumidores y del mercado en general, ya que siempre estamos hábidos de mayor confort, tecnología desarrollada y seguridad. La cuestión pasa por saber interpretar por parte del fabricante, cuándo debe incorporar a sus modelos los sistemas que asisten a la conducción para satisfacer a los distintos usuarios en función de la extrema competitividad que encuentra con las otras marcas.
