El BMW 128 Ti está para opacar rivales.

Está claro que esa dualidad debe estar balanceada para sacar al vehículo de esa zona de confort cotidiano y llevarlo a una zona de desempeño que sin ser tan radical, es lo suficientemente “picante” no sólo para complacer y deleitar, sino también para saber apreciar esas aptitudes que lo hacen muy atractivo y disfrutable en ocasiones donde uno quiere “sacarse las ganas”, no sólo con el rugido envolvente de un motor, sino con la posibilidad de “sentir” al vehículo como resuelve determinadas situaciones de manejo con exigencia. En este mundo donde los autos nos apasionan, entiendo que no estamos ajenos a que la marca bávara siempre nos va a brindar un producto donde trata de cumplir en todos los aspectos que requerimos de un auto premium. Pero también es cierto que no existe una marca que logre a la vez y en su máxima expresión, todos los aspectos de confort, comodidad y comportamiento dinámico de una forma exquisita, ya que necesariamente se deben ir balanceando determinados aspectos técnicos que no pueden ir todos de la mano y a la vez en su máxima eficiencia. Y es lógico que ocurra esta situación, ya que no se puede estar con Dios y con el diablo a la vez.

Traducido, quiero expresar que no se puede cumplir con todos los aspectos al 100% como uno desearía; pero sí es cierto que en el afán de “cumplir” con cada uno de estos requerimientos, las marcas tratan de complacer y cubrir el abanico de exigencias, pero siguiendo determinados patrones que hacen al ADN de cada una de ellas. Para coronar este comentario, viene el “gusto” o la “preferencia” de cada uno de nosotros por el estilo que nos ofrece cada marca, donde no se puede tallar en general, sino que es algo muy personal. Aclarado este aspecto que considero es muy importante a la hora de posicionarnos para analizar y luego tomar una decisión, me voy a referir al auto que hoy nos reúne para comentarles. En esta ocasión quiero hablarles de un producto que nos ofrece BMW que no es radical en su comportamiento, pero se luce por sus cualidades de comportamiento deportivo pudiendo tener un desempeño bueno y relativamente confortable en el uso diario citadino. Ahora paso a explicarles. Este BMW 128 ti pertenece a la familia de los serie 1 compactos que se encuentra a mitad de camino entre sus dos hermanos que ya conocemos: el 120 i y el 135 xDrive.

Pero es importante resaltar que no parte del primero para mejorar su rendimiento incorporando tecnología, sino que podría decirse que resuelve algunos temas ya aportados y desarrollados del 135 xDrive para adaptarlos en este 128 ti: es decir, que es un producto que surge de adaptar o simplificar parte de lo que encontramos en el 135 xDrive. Para entrar en detalles, estéticamente cuenta con acabado M Sport, pero incorpora revestimientos y molduras específicos que lo distinguen: en la unidad de color blanco están presentes los faldones laterales también específicos pero pintado en color naranja. Nadie puede decir que no es particular. Las ópticas son las BMW Individual Shadowline pero con detalles en negro. Hay detalles presentes en color rojo como lo son las entradas de aire verticales del frontal y las pinzas de freno que forman parte del equipo M Sport. Puede calzar unas llantas específicas tanto de 18 como de 19 pulgadas, siendo estas últimas de color bitono.

En su zaga encontramos dos salidas de escape redondas, una en cada lado. Por supuesto que el centro de atención está en su corazón: cuenta con el conocido motor de 2.0 litros Twin Scroll turbo que entrega 265 CV y un contundente par motor de 400 Nm a partir de las 1.750 hasta las 4.500 RPM, pasando a tener una excelente meseta de torque. Va hermanado únicamente con la tradicional caja de cambios automática Steptronic Sport (de convertidor de par) de 8 marchas con modos de conducción que traslada todo su potencial a las ruedas delanteras, disponiendo de un diferencial Torsen del tipo mecánico que tiene deslizamiento limitado electrónicamente. En cuanto al comportamiento dinámico, la dirección fue regulada específicamente para esta unidad con un tacto bién directo: este detalle siempre está presente en los autos de la marca. La suspensión M Sport también viene con un tarado específico para esta versión, reduciendo la distancia al piso en 10 milímetros respecto al disponible en el serie 1 convencional. Los datos de color que siempre interesan se centran en dos registros bién específicos: a la hora de acelerar, cuál es el tiempo que tarda en alcanzar los 100 kilómetros por hora desde su partida de detenido, necesitando sólo 6.1 segundos. El otro es la velocidad tope: alcanza los 250 kilómetros por hora, pero está limitada electrónicamente. Ambos registros son buenos considerando que es un compacto que pesa unos 1.520 kilos.

De esta manera, concluyo en líneas generales con la presentación de este vehículo que ostenta cualidades de deportivo y pasa a convertirse en un directo competidor del mítico VW Golf GTI, que prácticamente requieren casi del mismo presupuesto para su adquisición. Como mencioné antes, una vez presentado en sociedad ya pasa a ser una cuestión de gustos personales para decidir donde inclinar el fiel de la balanza.