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Toyota trabaja para conseguir una batería que alcance los 1000 kilómetros de autonomía.

Si hay algo de lo que uno no debe asombrarse es de los diferentes logros que se van alcanzando en esta incursión sin retorno a la electrificación de los vehículos de uso diario. Claro está que en este desafío son muchos los puntos que se deben mejorar para hacer este cambio de modalidad, y no sólo pasa por lo monetario y por los avances tecnológicos, sino por un cambio de actitud de cada uno de nosotros.

Sabemos que este direccionamiento hacia la electrificación tiene muchos aspectos que al principio generaron muchas rispideces para los que deben orientar los esfuerzos tanto de las inversiones como  en los cambios profundos que debieron implementar en sus estrategias, “inducidos” en cierta forma a tomar ese camino por exigencias gubernamentales que se vieron obligadas a tomar conciencia de la polución que se genera a nivel global, pero a la vez convencidos de la necesidad de ayudar a solventar estos desarrollos con incentivos fiscales tanto en las inversiones, como en el momento de la adquisición de los autos por parte de los usuarios. Esto que resumo en algunos renglones y que parece fácil de explicar e interpretar, ya lleva muchos años de maduración. Entonces sabrán apreciar que no es fácil admitir y aceptar que hay que “cambiar y adaptarse”, cuando estamos acostumbrados desde hace casi un siglo a desplazarnos con determinadas tecnologías convencionales hasta el momento. Pero es importante tomar conocimiento y aceptar que nuestras costumbres y hábitos al corto, mediano o largo plazo dependiendo de la región donde estemos viviendo, se están modificando, condicionadas en cierta forma por lo citado anteriormente. Pero inexorablemente este cambio se está implementando. Y que mejor que nuestro cambio de actitud llegue de la mano de la toma de conciencia y de los beneficios que nos pueda reportar a nosotros y a las futuras generaciones. Creo que es cuestión de saber interpretar los beneficios a los que la sociedad va a poder acceder con el tiempo. Bueno, este prólogo viene de la mano de la información publicada a través del medio Nikkei Assian Review, que forma parte de todo este proceso de evolución constante, y que no nos debe asombrar, sino que con gratitud nos presenta una futura alternativa por la que los hombres que están investigando prometen ofrecer al mercado una posibilidad que truncaría aquellos mitos donde siempre anteponemos la autonomía o capacidad de recorrer camino sin repostar combustible, contra aquella necesidad de incrementar esa capacidad eléctrica que nos permita viajar con tranquilidad cuando utilizamos un vehículo electrificado. Ya sé que otro cuestionamiento pasa por el costo para adquirir esta tecnología, pero está demostrado que la capacidad de fabricar en escala, baja sensiblemente los costos de producción incorporando tecnología cada vez más evolucionada. Regresando a la publicación, quiero comentarles que la información brindada hace mención que en la Universidad de Kioto un grupo de investigadores junto con el aval y participación de Toyota está desarrollando una nueva generación de baterías para ser empleadas en automóviles eléctricos con la particularidad que en teoría van a disponer de una capacidad próxima a los 1.000 kilómetros de autonomía con una sola carga. De hecho esta cifra alimenta esperanzas que sin dudas van a facilitar la transición para optar por un vehículo de propulsión eléctrica, teniendo siempre presente que en un futuro no tan lejano, cuando la producción de baterías de última generación se desarrolle en gran escala, va a propiciar la bajada de costos que es el talón de Aquiles del alto valor que hoy tienen los vehículos eléctricos.

En esta oportunidad, el desarrollo que está llevando a cabo Toyota involucra a un prototipo de batería de iones de fluoruro, cuya característica medular radica en que dispone de una densidad energética que es siete (7) veces mayor a la de una batería de iones de litio. Por otro lado, otro aspecto que es muy importante, es que sería más liviana de peso, posibilitando una mejora sustancial a la hora de referirnos al peso total de arrastre de un vehículo. En líneas generales, y para no ahondar en el aspecto técnico, deseo mencionar que el polo negativo o ánodo está compuesto de materiales como el cobre, flúor y cobalto, mientras que el polo positivo o cátodo está compuesto del material denominado lantano. En esta oportunidad la batería utiliza un electrolito del tipo sólido, permitiendo cumplir su tarea a temperaturas elevadas que pueden orillar los 150 °C. Si bien están en pleno desarrollo, el hecho de haber incorporado materiales diferentes al ánodo, es para poder asegurar que en las repetitivas operaciones de carga y descarga, no se pierda en el tiempo la capacidad de la batería independientemente de la temperatura en la que se opera. Como podemos darnos cuenta, estamos frente a un acontecimiento muy importante, porque más allá de poder conseguir en un futuro no tan lejano una batería de capacidad con una mayor densidad energética y más liviana que entrega una autonomía increíble, a la larga este avance podrá facilitar que los costos de producción a gran escala bajen considerablemente los valores de adquisición de los autos eléctricos, dejando atrás escollos y dudas acerca de si es conveniente la compra para salir a la ruta y devorar kilómetros, ya que por el momento los registros actuales si bien parten de un poco más de 200 kilómetros de autonomía para los modelos concebidos con un sentido de aplicación citadino, en general hoy el mercado dispone de una oferta promedio que oscila entre los 300 y los 500 kilómetros, aunque podamos encontrar algunos casos de mayor valor. Considero que es una noticia que augura logros impactantes para la aplicación de esta tecnología en el mundo automotriz.

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Alberto Mario Kuchen

Apasionado por los autos. Familiarmente vinculado a este maravilloso mundo y al de las carreras de autos: mi padre que corrió en la década de los años 60 con el seudónimo de Sandokán. Como Ingeniero Mecánico Aeronáutico, la tecnología en pos de la seguridad y la mejora continua, siempre llamó mi atención. Mi compromiso con ustedes para compartir e investigar en todo lo que viene.

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